martes, 15 de agosto de 2017

LEYENDO... Job capítulo 6


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LECTURA DIARIA:
Job capítulo 6

Al principio Job expresa un melancólico anhelo de que Dios diera un rápido fin a su sufrimiento. Job siente que si pudiera morir en ese momento, antes de que su sufrimiento lo llevara a blasfemar, por lo menos podría tener el consuelo de no haber negado las palabras, los mandamientos de Dios. Elifaz ha instado a Job a ser paciente, pero la paciencia requiere una fuerza que Job no tiene. Elifaz no ha reconocido que carga lleva Job. 
Job por nada se disculpa, nada confiesa, reconoce que en el fondo su sufrimiento procede de Dios; en este poema sus dolores son los resultados de las venenosas flechas del Todopoderoso mientras que los terrores de Dios, su enemigo, han sido preparados para librar la batalla en su contra. 
No es el dolor físico ni el tormento mental lo que le pesa hasta vencerlo; es el tener conciencia de que se ha convertido en el enemigo de Dios. 
Los clamores de Job tienen su razón de ser, cuando sus necesidades no son satisfechas. Las necesidades de Job no han sido satisfechas; al menos no por Elifaz, cuyas palabras son insípidas y cuyo consejo no se puede tragar mejor que la “clara del huevo”, como dice Job. La debilidad que vuelve a sentir Job no es tanto una debilidad física como psicológica. 
Job acaba de quejarse de que no le quedan fuerzas, pero ahora hace un ataque amargo y sarcástico contra sus amigos. Su depresión se ha convertido en ira. Empieza con indirectas, con la imagen de un arroyo o torrente temporal que nunca tiene agua cuando se necesita. Acusa a sus amigos de no haber pagado su deuda de amistad que sería su lealtad, la lealtad de la amistad y aceptación sin reservas pase lo que pase. Los amigos interpretan la “lealtad” como algo distinto. Ofrecen su simpatía y su apoyo, pero sólo en lo que sea realista. No pueden decir “mi amigo, estés o no en lo correcto”, cuando los sufrimientos de Job prueban claramente que ha actuado mal y está siendo disciplinado por Dios por algún pecado. 
Los amigos, dice Job, tienen miedo de identificarse demasiado con él, no sea que caigan ellos también bajo el juicio de Dios. Job les pide a los amigos que identifiquen el crimen por el cual él está sufriendo.

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