lunes, 14 de agosto de 2017

LEYENDO... Job capítulo 5


La imagen puede contener: 1 persona, de pie y texto
LECTURA DIARIA:
Job capítulo 5

Elifaz no puede creer que Job realmente quiera morir como lo expresa en el capítulo 3, y supone ahora que Job ha de estar buscando alguna manera de ser liberado de su sufrimiento. Elifaz dice que si esto es lo que busca Job, mejor que lo olvide, porque no hay poder, ni siquiera entre los seres celestiales, que pueda librar a Job de su sufrimiento. El sufrimiento es algo natural para los seres humanos; este ciclo de causa y efecto resulta especialmente claro en el caso del necio cuyo apasionamiento y angustia lo llevan a la ruina. 
Elifaz no está queriendo decir que Job sea un necio, pero sorprende la insensibilidad de Elifaz hacia la desgracia de Job cuando habla de que la casa del necio recibe maldición. Lo que está queriendo expresar es que ni el justo Job puede esperar escapar totalmente de dicho sufrimiento; la aflicción no se produce a sí misma sino que es producida por la gente.
Elifaz vuelve a enfocar su tema anterior de que Job es esencialmente un hombre bueno por lo que no debe desanimarse, y le recomienda que tenga paciencia. En esta poderosa descripción de las obras de Dios, Elifaz se entusiasma un poco con su propia retórica. Mucho de su contenido no se aplica para nada a Job; el único punto de conexión es que Job, como los humillados y los pobres, puede tener esperanza de que Dios transforme dramáticamente sus desgracias actuales.
Elifaz dice por lo menos una cosa sensible, que Job apele a Dios. Esta es la parte del consejo de los amigos que Job sí sigue, aunque es dudoso que necesite que Elifaz le anime a hacerlo. 
Elifaz aconseja a Job que si sólo espera con paciencia para que Dios obre, descubrirá que el sufrimiento que está viviendo es un sufrimiento disciplinario. Elifaz se ha propuesto terminar su discurso con una nota positiva. Piensa que le está haciendo un favor a Job al decirle lo bien que en realidad está. 
Pero existen condiciones que Job debe cumplir. No debe menospreciar la corrección del Todopoderoso y debe escuchar el consejo de Elifaz y aplicarlo a su propio caso. 
Vistas superficialmente, estas no parecen ser condiciones difíciles de cumplir, pero sin duda es imposible que Job las acepte. ¿Cómo puede aceptar la “disciplina” de Dios si no considera a su sufrimiento como una disciplina sino como una cruel injusticia? ¿Y cómo puede aplicar el consejo de Elifaz a su propio caso cuando sabe que es el producto de una reflexión teológica y que no tiene nada que ver con la experiencia vivida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario