miércoles, 30 de agosto de 2017

UN MOMENTO... DEBEMOS ANDAR EN LA VERDAD

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS...
DEBEMOS ANDAR EN LA VERDAD

“Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio”.
(2 de Juan 1. 4 – 6).

Juan dice: "Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre."
El escritor afirma me alegré mucho al comprobar que algunos andaban en la verdad, una expresión que es casi equivalente a “vivir la vida cristiana”. El hecho de expresarlo de esta manera indica el énfasis que el escritor pone en la verdad. 
El andar en la verdad no es una alternativa opcional seleccionada por algunos como deseable, sino que es una respuesta conforme al mandamiento que hemos recibido del Padre. 
Seguir la verdad es ciertamente atractivo, pero Juan no llama la atención a lo que sea atractivo. En estos tres versículos la palabra mandamiento figura cuatro veces, esta repetición, indica un énfasis. No escribe un nuevo mandamiento, sino el mismo que teníamos desde el principio la orden de amar, es un mandamiento antiguo. Desde el comienzo mismo del camino cristiano sus seguidores debemos estar unidos por el lazo del amor. 
Tendemos a usar “amor” para una emoción y eso no se puede mandar. Pero para Juan, aunque el amor es ciertamente una cálida emoción, es básicamente una respuesta al gran amor de DIOS para con nosotros. 
El amor se manifiesta en acción, en interés y en servicio desinteresado. 
En estos tiempos modernos más bien se establece un contraste entre el amor y la obediencia, porque a la obediencia se la relaciona con un espíritu legalista, lo opuesto a lo que vemos como amor, pero tal contraste es falso. 
El verdadero amor se complace en obedecer. Los que saben qué significa realmente el amor, en el sentido cristiano, están siempre ansiosos de obedecer los mandamientos de DIOS. 
Podemos mostrar nuestro amor de diferentes formas: al evitar los prejuicios y la discriminación, al aceptar a la gente, al prestar atención, al ayudar, al dar, al servir y al negarnos a juzgar a los demás. No es suficiente conocer los mandamientos de DIOS. Debemos andar "según sus mandamientos".
Es maravilloso tener hijos que caminen en la verdad, lo que significa la manera de vivir, el estilo de vida en obediencia a los mandamientos del Padre Celestial. Conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Su mandamiento es que andemos en la luz como Él es luz, y que la Palabra de DIOS ordene nuestras vidas.
Dios les bendiga abundantemente.

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