lunes, 28 de agosto de 2017

LEYENDO... Job capítulo 19


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LECTURA DIARIA:
Job capítulo 19

Job empieza a reconocer a sus amigos como sus enemigos, que están tratando de aplastarlo con sus argumentos. Han estado tratando de humillarlo y el no admite ningún pecado, pero protesta que, si hubiera pecado, su pecado no habría sido contra ellos; así que es injusto que lo ataquen. 
Job describe el mal que Dios le ha hecho con una sorprendente variedad de imágenes, de lo que está experimentando. 
Ahora Job pida a sus amigos que lo compadezcan, después de haberlos atacado tanto antes.
El énfasis principal de estas famosas palabras de Job es su anhelo de que mientras todavía vive pueda ver a Dios cara a cara, como su contrincante legal en algún tribunal de justicia para poder reclamar que sea escuchada la reivindicación de su buen nombre. Job no cree que Dios aceptará su ruego de comparecer ante el tribunal, así que su deseo es que su reclamo de inocencia sea asentado en alguna manera permanente que dure más allá de su muerte y que pueda ser quizá satisfecho algún día. 
Pero lo que anhela es poder entablar una disputa con Dios con la esperanza de ganarse su reivindicación antes de su muerte. Esta es la razón por la que su corazón se consume dentro de él. 
Eso es lo que Job espera. Pero lo que anhela es recobrar su buen nombre mientras todavía vive. Job no ha ido a la deriva llegando a un pacífico refugio de confianza en Dios sino que ha estado afirmando vigorosamente su creencia, una vez más, en la justicia de su causa. Los amigos lo siguen “persiguiendo” lo cual debe significar que lo acusan de haber pecado, diciendo que la raíz del asunto se halla en él, o sea que es el responsable de sus desgracias. Estas son mentira, por lo que sus amigos deben temer la espada ellos mismos; Job nada ha hecho que merezca castigo, pero lo han acusado injustamente, corren el peligro de descubrir ellos mismos que hay un juicio.

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