TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Yo
mismo pensaba antes que debía hacer muchas cosas en contra del nombre de Jesús
de Nazaret, y así lo hice en Jerusalén.
Con la autorización de los jefes
de los sacerdotes, metí en la cárcel a muchos de los creyentes; y cuando los mataban,
yo estaba de acuerdo. Muchas veces los castigaba para obligarlos a negar
su fe. Y esto lo hacía en todas las sinagogas, y estaba tan furioso contra
ellos que los perseguía hasta en ciudades extranjeras”.
Hechos
26. 9 – 11
En
estos versículos, Pablo recuerda como él también estaba convencido de que, sin
duda alguna, tenía la razón, y llegó hasta situaciones extremas para probarlo,
atropellando a los cristianos en cualquier oportunidad.
Pablo
era sumamente sincero en sus creencias anteriores; el único problema era que
estaba sinceramente equivocado.
La
pregunta es si alguna vez antes de su experiencia en Damasco, Pablo comenzó a
dudar de su verdad.
Pero
Pablo no se quedó callado, en cambio intensificó sus ataques a los cristianos
porque estaba desesperado por no estar equivocado.
La
Biblia establece que la conducta más agresiva de Saulo/Pablo contra los cristianos
comenzó con la muerte por apedreamiento de Esteban (Hechos 8.1-3). Saulo tenía
ahora sangre en sus manos y no podía regresar ni darse el lujo de estar
equivocado, retomaría un milagro y un acto de gracia cambiar de rumbo, y
mantenerse sintonizado.
En
muchos casos se necesita admitir un error antes de que comience la sanidad y
restauración. Algunas veces podemos estar tan ciegos por nuestros errores que
no vemos la verdad del Señor. Desafortunadamente, muchos tenemos la tendencia
de aumentar nuestros errores en lugar de admitirlos y buscar el perdón.
Comprender
o analizar las miles de razones por las que lo hacemos es menos importante que
cambiar nuestra conducta.
Cualquier
cosa que hayamos hecho no puede ser peor que lo que hizo Saulo/Pablo y Dios lo
perdonó y lo usó de maneras milagrosas. Dios es bueno, confiemos en Él.
Dios
les bendiga abundantemente.
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