LECTURA
DIARIA:
Romanos
capítulo 11
En
este capítulo Pablo destaca que no todos los judíos rechazaron el mensaje de
salvación de Dios. Hay todavía un remanente fiel. Pablo mismo era judío, los
discípulos y los primeros misioneros también lo eran.
Dios
escogió a los judíos ("su pueblo, al cual desde antes conoció") para
que a través de ellos el resto del mundo hallara salvación. Sin embargo, esto
no significaba que toda la nación judía sería salva, sino que quienes fueran
fieles a Dios (el remanente) se considerarían verdaderos judíos. Somos salvos a
través de la fe en Cristo, no por ser parte de una nación, religión o familia.
Cuando
Pablo dice de los judíos que no creyeron "Los demás fueron
endurecidos" porque así los castigó Dios por sus pecados. Fue una
confirmación de que eran tercos. Al juzgarlos, Dios les quitó la facultad de
ver, oír y arrepentirse; así experimentarían las consecuencias de su rebelión.
Los
versículos siguientes describen el castigo de los corazones endurecidos que el
profeta Isaías predijo (Isaías 6.9-13). Pablo vio que esto sucedió en las
sinagogas que visitó en sus viajes misioneros.
Pablo
soñaba con una iglesia en la que judíos y gentiles se unieran en amor a Dios y
en obediencia a Cristo. A la vez que respetaban la Ley de Dios, mirarían solo a
Cristo para alcanzar salvación. La raza y el nivel social de la persona sería
irrelevante, porque lo importante sería la fe que depositaran en Cristo.
Pablo
fue nombrado misionero a los gentiles. El recuerda esto a los hermanos judíos con
la esperanza de que también quieran ser salvos. Los judíos habían sido
rechazados, y se estaba brindando a los gentiles la salvación. Pero cuando un
judío acepta a Cristo, hay gran regocijo, como si un muerto volviera a la vida.
Al
hablar a los cristianos gentiles, Pablo los insta a no sentirse superiores
porque Dios hubiera rechazado a algunos judíos. La fe de Abraham se asemeja a
la raíz de un árbol productivo y el pueblo judío viene a ser las ramas
naturales del árbol. A causa de su infidelidad, los judíos fueron las ramas
desgajadas. Los creyentes gentiles se injertaron en el árbol como olivo
silvestre y ahora gentiles y judíos comparten la savia basados en la fe en
Dios. Ninguno de los dos puede confiar en su herencia cultural en cuanto a la
salvación.
"Si
permaneces en esa bondad" se refiere a la firme perseverancia en la fe. La
firmeza es una prueba de la realidad de la fe y una consecuencia de la
salvación, no un medio que conduce a él.
Pablo
usa la palabra Israel para referirse a la nación "espiritual" de
Israel conformada por todos, judíos y gentiles, los que han recibido la
salvación mediante la fe en Cristo. Ese todo Israel (o todos los creyentes)
recibirá el regalo de salvación que Dios prometió.
Dios
eligió la nación de Israel y nunca cambió de opinión. También escogió a la
iglesia, mediante Jesucristo, y tampoco la rechazará. Esto no significa que
todos los judíos ni todos los miembros de la iglesia se salvarán. Es posible
pertenecer a una nación o a una organización sin haber respondido en fe. Sin
embargo, porque algunos le rechacen, Dios no va a detener su obra con Israel y
la iglesia.
En
este pasaje Pablo muestra cómo judíos y gentiles se benefician entre sí.
Siempre que Dios muestra misericordia a uno de los grupos, el otro comparte la
bendición. En el plan original de Dios, los judíos serían fuente de bendición a
los gentiles. Cuando los judíos descuidaron esta misión, de todas formas Dios
bendijo a los gentiles mediante el Mesías judío.
Los
planes de Dios no se frustrarán, El tendrá "misericordia de todos".
La doxología
final es una oración de alabanza a Dios por la sabiduría de su plan. Aunque el
método de Dios y su significado van más allá de nuestra comprensión, Él no es
arbitrario. Gobierna el universo y nuestras vidas en perfecta sabiduría,
justicia y amor.
Solo
Dios tiene todo poder y toda sabiduría, todos dependemos absolutamente de Dios.
Él es la fuente de todo. Es el poder que sustenta las leyes del mundo en que
vivimos. Y Dios lleva a cabo todas las cosas para la gloria de El mismo. El
Dios todopoderoso merece nuestra alabanza.
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