TIEMPO
DE REFLEXIÓN
"El
comandante, tomándolo de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo
que tienes que decirme?
Él le dijo: Los judíos han convenido en rogarte que
mañana lleves a Pablo ante el Concilio, con el pretexto de que van a inquirir
alguna cosa más cierta acerca de él. Pero tú no los creas, porque más de
cuarenta hombres de ellos lo acechan, los cuales se han juramentado bajo
maldición a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están
listos esperando tu promesa. Entonces el comandante despidió al joven,
mandándole que a nadie dijera que le había dado aviso de esto."
Hechos
23. 19 - 22
Ahí
está Pablo siendo atacado por el Consejo y es rescatado por el comandante para
posteriormente ser aprehendido y azotado hasta que utiliza su ciudadanía romana
para frenar la golpiza. Mientras él se encuentra preso, se siguen desarrollando
planes más elaborados para asesinarlo. El último involucra una emboscada que
puede ser frenada si el comandante escucha y cree al sobrino de Pablo lo que le
acaba de informar.
El
mismo que aprehendió a Pablo y mandó que lo azotaran es ahora quien puede
salvarle la vida.
En
el mundo te dicen que nunca te cierres puertas pues no sabes si te volverás a
encontrar con esa persona nuevamente en el futuro. Si bien, es totalmente
cierto y resulta bueno el consejo, podemos llevarlo al ámbito espiritual.
El
Señor nos pide amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Involucra
entregar todo aquello que nos han enseñado e ir en contra de la corriente. Si
nos han lastimado, debemos perdonar sin importar que esa persona nos pida
siquiera perdón.
En
este pasaje podemos ver cómo la misma persona que nos dañó en algún momento,
puede protegernos y ayudarnos en otro.
Si
alguien nos ha dañado en algún momento, debemos entregar al Señor nuestros
sentimientos, pidiendo que nos ayude a perdonar y nos llene de su misericordia
y amor para con aquellos que simplemente
no podemos tolerar. Abre tu corazón y dile lo que sientes. Entrega tu odio, tu
rencor y cada mal recuerdo que has decidido guardar. Él se encargará de hacer
el milagro. Muchas personas pasarán por nuestra vida. Algunas por poco tiempo y
otras por uno largo, pero una persona
puede causarnos un daño un día y en otro nos puede salvar la vida por lo que no
nos corresponde juzgar ni criticar y mucho menos odiar sino por el contrario,
amar al prójimo como a uno mismo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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