TIEMPO
DE REFLEXIÓN
"Pero
me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos, a los que no son judíos. Lo oyeron
hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: ¡Quita de la tierra a
tal hombre, porque no conviene que viva!
Y como ellos gritaban, arrojaban sus
ropas y lanzaban polvo al aire, mandó el comandante que lo metieran en la
fortaleza y ordenó que fuera azotado para que hablara, a fin de saber por qué
causa gritaban así contra él."
Hechos
22. 21 – 24
¿Cuáles
fueron las palabras que desataron tal alboroto? El que Dios le haya dicho
a Pablo que lo mandaría con los gentiles.
Hoy
en día, se busca que haya igualdad y tolerancia por lo que no es fácil ver una
reacción de ese tipo como normal. Pero en ese tiempo, las diferencias
entre pueblos eran muy marcadas. Las palabras de Pablo solamente traen a la luz
lo que había en su corazón. Esas palabras permitieron que saliera todo lo
que sus costumbres, forma de pensar y de llevar su religión habían creado en
ellos, personas con celos, odios, rencores, amargura, deseos de venganza entre
otras cosas.
Unas
palabras pudieron hacer que la multitud deseara la muerte de un individuo. Porque
su vida estaba totalmente de cabeza. Se creían religiosos. Se
creían buenos. Se creían que hacían bien las cosas.
Pero
la realidad era que no podían estar más apartados de Dios.
Y
aunque no nos guste, todavía hay mucho dentro de nosotros que se parece a lo
que la multitud tenía. Unas cuantas palabras y sacamos lo peor de
nosotros. Eventos que no nos gustan y traemos a la luz todo lo que hay
dentro de nosotros. Tal vez no matamos a alguien físicamente, pero verbalmente
pudimos haber hecho algo similar.
Pero
hay esperanza. No tenemos que vivir atados ni esclavizados. El
Señor quiere renovar nuestra forma de vivir. Quiere transformar nuestra
forma de pensar. Quiere eliminar todo lo que hemos adquirido para poder
llenarnos de sus características. Esto se logra estando en comunión con Él.
Todo
se resume a una decisión: tener la convicción de querer vivir para Dios.
¿Qué vamos a decidir cada uno de nosotros?
Dios
les bendiga abundantemente.
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