jueves, 2 de mayo de 2019

Tiempo... Hechos 22. 21 - 24



TIEMPO DE REFLEXIÓN

"Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos, a los que no son judíos. Lo oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: ¡Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva!
Y como ellos gritaban, arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, mandó el comandante que lo metieran en la fortaleza y ordenó que fuera azotado para que hablara, a fin de saber por qué causa gritaban así contra él." 
Hechos 22. 21 – 24

¿Cuáles fueron las palabras que desataron tal alboroto?  El que Dios le haya dicho a Pablo que lo mandaría con los gentiles.  
Hoy en día, se busca que haya igualdad y tolerancia por lo que no es fácil ver una reacción de ese tipo como normal.  Pero en ese tiempo, las diferencias entre pueblos eran muy marcadas. Las palabras de Pablo solamente traen a la luz lo que había en su corazón.  Esas palabras permitieron que saliera todo lo que sus costumbres, forma de pensar y de llevar su religión habían creado en ellos, personas con celos, odios, rencores, amargura, deseos de venganza entre otras cosas.
Unas palabras pudieron hacer que la multitud deseara la muerte de un individuo. Porque su vida estaba totalmente de cabeza.  Se creían religiosos.  Se creían buenos.  Se creían que hacían bien las cosas.  
Pero la realidad era que no podían estar más apartados de Dios.  
Y aunque no nos guste, todavía hay mucho dentro de nosotros que se parece a lo que la multitud tenía.  Unas cuantas palabras y sacamos lo peor de nosotros.  Eventos que no nos gustan y traemos a la luz todo lo que hay dentro de nosotros. Tal vez no matamos a alguien físicamente, pero verbalmente pudimos haber hecho algo similar.  
Pero hay esperanza.  No tenemos que vivir atados ni esclavizados.  El Señor quiere renovar nuestra forma de vivir.  Quiere transformar nuestra forma de pensar.  Quiere eliminar todo lo que hemos adquirido para poder llenarnos de sus características. Esto se logra estando en comunión con Él.  
Todo se resume a una decisión: tener la convicción de querer vivir para Dios.  ¿Qué vamos a decidir cada uno de nosotros?
Dios les bendiga abundantemente.

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