LECTURA
DIARIA:
Hechos
capítulo 25
A
pesar de que pasaron dos años, los líderes judíos aún procuraban matar a Pablo.
Hablaron con Festo sobre Pablo y trataron de convencerlo para que dilatara el
juicio en Jerusalén (así tendrían tiempo para preparar alguna trampa). Pero
Dios y Pablo frustraron sus planes de nuevo.
Cada
ciudadano romano tenía el derecho de apelar al César, esto no significaba que
este iba a escuchar el caso, pero debía tratarse en los tribunales superiores
del imperio. Festo vio la apelación de Pablo como el medio para enviarlo fuera
del país y así calmar a los judíos. Pablo quería ir a Roma a predicar el
evangelio y sabía que su apelación le daría la oportunidad. Al fin y al cabo,
ir allí como prisionero era mejor que no ir.
Pablo
sabía que era inocente de los cargos que se levantaban en su contra y podía
apelar al juicio del César. Conocía sus derechos coro ciudadano romano y como
persona inocente. Pablo cumplía sus responsabilidades como romano, de manera
que tenía la oportunidad de pedir protección de Roma. La buena reputación y la
limpia conciencia vienen como resultado de andar con Dios y puede ayudarnos a
permanecer no solo libres de culpa ante Dios, sino también libres de reproches
delante del mundo.
Herodes
Agripa II, hijo de Herodes Agripa I y descendiente de Herodes el Grande. Tenía
poder sobre el templo, controlaba sus tesoros y podía nombrar y cambiar al sumo
sacerdote. Berenice era la hermana de Herodes Agripa II. Se casó con su tío
Herodes Calcis y se convirtió en la concubina de su hermano Agripa II y más
tarde en la concubina del hijo del emperador Vespasiano: Tito. Aquí Agripa y
Berenice hacían una visita oficial a Festo. Agripa, de descendencia judía,
podía ayudar a aclarar el caso de Pablo al gobernador romano. Agripa y Festo
ansiaban cooperar en regir sus territorios vecinos.
A
pesar de que Festo sabía poco acerca del cristianismo, entendía que la resurrección
era la creencia central del cristianismo.
Pablo
estaba en prisión, pero esto no le impedía hacer la mayoría de su cometido.
Tribunos y principales hombres de la ciudad se encontraban en la sala del
palacio con Agripa para oír este caso. Pablo vio esta nueva audiencia como otra
oportunidad para presentar el evangelio.
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