LECTURA
DIARIA:
Romanos
capítulo 15
Si
solo nos proponemos agradar a nuestro prójimo, lo único que haremos es
complacer a la gente. Pablo se opone a esto.
El
conocimiento de las Escrituras influye en nuestra actitud hacia el presente y
el futuro. Cuanto más sepamos de lo que Dios hizo en el pasado, mayor será la
confianza que tengamos acerca de lo que hará en los días venideros.
Debemos
leer la Biblia para incrementar nuestra confianza en el hecho de que la
voluntad de Dios es lo mejor para nosotros.
Aceptar
el señorío de Jesús en todos los aspectos de nuestra vida significa vivir sus
valores y su perspectiva. Así como nos interesa el punto de vista de Jesús
sobre la autoridad de las Escrituras, la naturaleza del cielo y la
resurrección, también debemos asumir su actitud de amor hacia los demás
cristianos (tener un "mismo sentir"). A medida que crecemos en fe y
conocemos mejor a Jesús, llegamos a ser más capaces de mantener cada día esta
actitud de amorosa unidad.
Jesús
vino a mostrar la verdad a los judíos y a confirmar que Dios es fiel a sus
promesas.
La
raíz de Isaí se refiere a Cristo, heredero de la descendencia de Isaí, padre de
David (1Samuel 16.1).
Pablo
no se enorgullecía de lo que había hecho, sino de lo que Dios había hecho a
través de él.
Pablo
quería visitar la iglesia en Roma, pero había postergado su visita porque había
recibido muy buenos informes acerca de los creyentes romanos y sabía que les
iba bien. Era más importante que predicara en regiones donde aún no se había
oído el mensaje de las buenas nuevas.
Pablo
hablaba de terminar su trabajo en Corinto, la ciudad desde la que escribió gran
parte de esta carta.
Es
probable que el mayor tiempo de los tres meses que Pablo estuvo en Acaya los
pasara en Corinto. Creía que había terminado lo que Dios deseaba que hiciera
allí, y pensaba llevar el evangelio a las nuevas tierras que se hallaban al
oeste de Roma.
Cuando
Pablo finalmente fue a Roma, llegó en calidad de prisionero bajo arresto domiciliario
(Hechos 28).
El
plan de Pablo era ir a España porque estaba en el extremo occidental del mundo
civilizado. Quería que el evangelio se extendiera hasta allí. Además, España
poseía muchas personalidades ilustres y líderes influyentes en el mundo romano
(Lucano, Marcial, Adriano) y tal vez Pablo pensó que el cristianismo podía
avanzar mucho en tal ambiente.
Pablo
insta a los creyentes a unirse a su lucha mediante la oración. La oración es un
arma que forma parte de la armadura de todos los creyentes al interceder por
otros que están en lucha contra satanás.
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