LECTURA
DIARIA:
1 de
Corintios capítulo 1
El
apóstol Pablo escribió esta carta a la iglesia en Corinto mientras visitaba
Efeso, en su tercer viaje misionero.
Pablo escribió esta carta para ayudarles a
corregir aquellos problemas, él había permanecido 18 meses allí durante su
segundo viaje misionero.
Sóstenes
pudo haber sido el secretario de Pablo, el que escribió la carta mientras Pablo
dictaba. Fue posiblemente el líder de la sinagoga judía en Corinto, el que
fuera golpeado durante un ataque a Pablo y que más tarde llegó a ser creyente.
La
ciudad de Corinto tenía una gran diversidad de riqueza, religiones y culturas.
Los romanos habían hecho de Corinto la capital de Acaya (actualmente Grecia).
Era una ciudad grande, ofrecía a Roma ingresos importantes por medio del
comercio así como también por la protección militar de sus puertos. Pero la
prosperidad de la ciudad la hizo presa de todo tipo de corrupción. La idolatría
floreció, por lo tanto llegaron a existir más de una docena de templos paganos
que empleaban, por lo menos, mil prostitutas.
La
iglesia de Corinto debió haber incluido una gran variedad de creyentes:
mercaderes ricos, obreros comunes, las que habían sido prostitutas en el templo
así como familias de clase media.
Pablo,
al escribir, hace un énfasis muy
especial tanto en la unidad espiritual como en asemejarse al carácter de
Cristo.
En
esta carta Pablo usó palabras fuertes para los de Corinto, pero prefirió
empezarla con una nota positiva. Afirmó el privilegio que tenían de pertenecer
al Señor y recibir su gracia, el poder que Dios da a los que hablan de Él y
entienden su verdad, y la realidad de los dones espirituales.
Los
miembros de la iglesia en Corinto tenían todos los dones espirituales que
necesitaban para practicar la vida cristiana, testificar por Cristo y oponerse
al paganismo y a la inmoralidad de Corinto. Pero en vez de usar lo que Dios les
había dado, se pusieron a discutir en cuanto a qué dones eran más importantes.
Después
de su salida, dieciocho meses más tarde, aparecieron las divisiones y algunos
miembros de la iglesia empezaron a deslizarse al estilo de vida inmoral que
prevalecía en la ciudad. Pablo escribió esta carta recomendando que se aplicara
un correctivo inmediato para aclarar su confusión en cuanto a lo correcto o
incorrecto y remover la inmoralidad que se había introducido.
En
esta iglesia de Corinto los creyentes se sentían atraídos por diferentes
predicadores. Algunos seguían a Pablo, que había fundado su iglesia; unos que
habían oído a Pedro (Cefas) en Jerusalén lo seguían, mientras que otros sólo
habían escuchado a Apolos, un predicador elocuente y popular que había tenido
un ministerio en Corinto. A pesar de que estos predicadores estaban unidos en
su mensaje, su personalidad atrajo a personas diferentes. Ahora la iglesia
estaba ante el peligro de dividirse.
Pablo
aclara que el mensaje es más importante que el mensajero.
El
don de Pablo era predicar y eso es lo que hizo. Pablo enfatiza en un contenido
sólido y en la ayuda práctica en favor de sus oyentes.
El
mensaje de la muerte de Cristo suena insensato a los que no creen. La muerte
parece ser el final del camino, la debilidad suprema. Pero Jesús no permaneció
muerto. Su resurrección demostró su poder sobre la muerte.
Y Él
nos salvará de la muerte eterna y nos dará vida eterna si confiamos en El como
Salvador y Señor. Esto suena tan simple que muchos no lo aceptan.
Pablo
declara que no hay conocimiento humano que pueda reemplazar ni pasar por alto
la obra de Cristo en la cruz.
Sigue
enfatizando que la manera de obtener salvación es tan simple que cualquier
persona que lo desee lo puede entender. La habilidad y la sabiduría no hacen
que una persona entre al reino de Dios, una fe sencilla sí lo hace.
Dios
lo planeó de esta manera para que nadie se gloríe de que sus logros le
permitieron asegurar la vida eterna. No hay nada que podamos hacer para ganar
nuestra salvación, sólo necesitamos aceptar lo que Jesús ya hizo por nosotros.
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