LECTURA
DIARIA:
Romanos
capítulo 14
Pablo
dice que no debemos contender sobre cosas que son cuestiones de opinión. Las
diferencias no deben temerse ni evitarse, sino aceptarse y tratarse con amor.
En
la iglesia, al exponer nuestras ideas podemos llegar a una comprensión más amplia
de lo que la Biblia enseña. Las diferencias de opinión no deben causar
división.
Pablo
se refiere a la fe inmadura, la que no ha desarrollado aún músculos que le
permitan ponerse en pie en contra de las presiones externas. Pablo responde con
amor a los hermanos débiles.
Cuando
Pablo dice "Comer de todo" quizás se refiera a no tener restricciones
dietéticas o tal vez a comer carne ofrecida a los ídolos, mientras que el débil
en la fe solo come vegetales y se niega a comer carne sacrificada a los ídolos.
El sistema antiguo de sacrificio era el centro de la vida religiosa, social y
nacional del mundo romano. Después que se presentaba el sacrificio a un dios en
un templo pagano, solo se quemaba una parte de él. Lo que quedaba, a menudo, se
enviaba al mercado para la venta. Para los cristianos pudo haber sido muy
fácil, aun a sabiendas, comprar dicha carne en el mercado o comerla en la casa
de algún amigo. Algunos pensaron que no había nada malo en comer carne ofrecida
a los ídolos, ya que estos no eran dioses verdaderos. Otros con cuidado
averiguaban el origen de la carne o simplemente no la usaban, para evitar una
conciencia de culpa. El problema era serio sobre todo para los cristianos que
alguna vez adoraron ídolos. Para ellos, el recuerdo firme de sus días paganos
pudo haber debilitado su nueva fe. Pablo también menciona este tema en 1
Corintios 8.
Cada
persona es responsable ante Cristo, no ante otros. Tanto el fuerte como el
débil pueden causar tropiezo en los hermanos. El cristiano fuerte pero
insensible puede alardear de su libertad y a propósito molestar la conciencia
de otro. El cristiano escrupuloso pero débil puede tratar de imponer a los
demás normas y regulaciones piadosas, y causar disensión. Pablo quiere que sus
lectores no solo sean fuertes en la fe, sino también sensibles a las
necesidades de otros. Al ser fuertes en algunos puntos y débiles en otros,
necesitamos constantemente evaluar los efectos de nuestra conducta en los
demás.
En
el concilio de Jerusalén (Hechos 15) la iglesia judía en Jerusalén pidió a la
iglesia gentil en Antioquía que no comiera carne sacrificada a los ídolos.
Pablo asistió al concilio de Jerusalén y aceptó esta petición no porque pensara
que esta práctica fuera en sí mala, sino porque podía afectar seriamente a
muchos judíos creyentes. Pablo consideró que el asunto no tenía tanta
importancia como para dividir la iglesia. Su deseo era promover la unidad.
El
pecado no es solo un asunto privado. Todo lo que hacemos afecta a otros y a
menudo debemos pensar en esto. Dios nos ha creado como seres interdependientes,
no independientes. Los que somos fuertes en la fe, sin orgullo ni altivez,
debemos tratar a otros con amor, paciencia y dominio propio. "Todo lo que
no proviene de fe, es pecado" significa que ir en contra de una convicción
dejará a una persona con conciencia de culpa o intranquila. Cuando Dios nos
muestra que algo es malo para nosotros, debemos evitarlo.
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