UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
CULTIVANDO LAS RELACIONES INTERPERSONALES
Mientras la tecnología se impone cada vez más en nuestra
vida, hemos perdido de vista la importancia de pasar tiempo personal con los
demás.
La conexión que establecemos en una interacción cara a cara con
una persona es profunda. Leyendo la expresión del otro, recibimos pistas
importantes sobre su estado de ánimo: si está feliz, triste o tranquilo.
Llegamos a comprender las señales no verbales que transmiten parte del
significado en la conversación. Reunimos información sobre cómo se siente la
persona: confundida, desconcertada, enojada. Captamos destellos de diversión y
de humor compartido. Entrevemos si la persona está confiada, abierta y sincera
o bien reticente y reservada. Todo esto lo alcanzamos en la comunicación cara a
cara.
Los seres humanos hemos interpretado las expresiones del
rostro desde tiempos inmemoriales.
La Biblia narra que cuando Dios reprochó a Caín por su
desobediencia, a Caín se le "decayó su semblante" (Génesis 4.5).
Los sentimientos de Caín fueron fáciles de leer: ¡Los tenía escritos claramente
en el rostro!
Cuando Nehemías, siendo copero del rey Artajerjes, no pudo
ocultar su dolor por la suerte de su pueblo sufriente en Jerusalén, el Rey le
preguntó: "¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es
esto sino quebranto de corazón" (Nehemías 2.2)
En Proverbios leemos: "Como en el agua el rostro
corresponde al rostro, así el corazón del hombre al del hombre" (Proverbios 27.19)
Nuestro rostro es el lazo de comunicación por el cual se
sostienen nuestras relaciones personales. El contacto cara a cara es un medio
invaluable para forjar y mantener relaciones sanas, firmes y llenas de
satisfacciones.
Lamentablemente en nuestro mundo actual el contacto cara a
cara se va convirtiendo en un lujo cada vez más escaso.
A medida que la comunicación electrónica se acelera y
abarata, la interacción personal genuina se hace más rara. El precio lo estamos
pagando en forma de relaciones superficiales o interrumpidas. Un estudio
reciente encontró que el empleo excesivo de los medios de comunicación, y en
especial cuando se hacen varias cosas a la vez o "multitareas", puede
perjudicar el desarrollo social y emocional en los preadolescentes.
El estudio encontró que "las multitareas digitales excesivas
y el tiempo largo pasado frente a la pantalla se relacionan con la mala salud
social y emocional, que incluye falta de confianza, sensación de no ser normal,
más amistades consideradas mala influencia por los padres y menos horas de
sueño".
¿Cuál es el remedio? Según distintos estudios, la respuesta
se encuentra en algo tan sencillo como antiguo: Las conversaciones cara a
cara.
El mensaje más importante es que la comunicación cara a cara
es enormemente importante, pero que ha decaído demasiado entre los jóvenes y
entre las familias".
Los jóvenes no son los únicos que tienen la tentación de
reemplazar la interacción cara a cara por los contactos en los medios.
También los adultos son vulnerables. Muchos adultos pasan
horas frente a la computadora, el teléfono llamado inteligente, la tableta u
otros aparatos de alta tecnología. Estos instrumentos dan acceso sin
precedentes a medios de entretenimiento y comunicación instantánea, y tienen un
lugar válido en nuestra vida.
Pero debemos preguntarnos si somos los amos de nuestros
aparatos o más bien sus esclavos (Romanos 6.16).
Si no, preguntémonos si no sentimos "angustia de separación" la
última vez que nos alejamos del teléfono inteligente o de la computadora por
algún tiempo.
Y si no nos hemos alejado de ellos, ¡quizás eso en sí sea la
respuesta!
À medida que avanza la tecnología de las comunicaciones, nos
queda cada vez más fácil evitar casi todas las interacciones humanas. Sí, hay
momentos en que un mensaje bien escrito puede ser preferible a una efusiva
conversación personal. Pero en muchas de nuestras interacciones, las
recompensas del "toque personal" valen la pena. Cuando empleamos
medios tecnológicos para evitar a los seres humanos, quizás ahorremos tiempo,
pero perdemos la oportunidad de forjar una relación, una confianza y una
conexión con otros; así como los beneficios inesperados que se presentan en el
espacio cara a cara".
Si queremos cultivar relaciones más genuinas y satisfactorias
consideremos la importancia de apartar tiempo para la comunicación cara a
cara, y que sea una prioridad en tres aspectos primordiales de la vida: la
familia, los hermanos espirituales y lo primero y principal con DIOS mismo.
Dios les bendiga abundantemente.
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