LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 62
Como
se indica al final del capítulo anterior, el antecedente inmediato del versículo
1 está en 61.10. Dicho versículo trata de la investidura especial del profeta
para ser portavoz de las buenas nuevas de redención, cuyo contenido es justicia
y salvación.
Mientras
en 61.10 se habla de salvación y de justicia, en 62.1 se los invierte. Pero por
lo que indican los versículos 2 y 3, la justicia del pueblo de Dios es lo que
se hace visible o se exterioriza ante las demás naciones, y equivale a su
gloria. Luego, como conceptos, la justicia sucede a la salvación. Después que
la salvación ha sellado un pasado de ignominia confiriendo al pueblo de Dios un
nombre nuevo otorgado por la boca misma de Jehová, su resplandor alcanza a las
demás naciones.
El
profeta ha sido comisionado para anunciar este mensaje, y sumamente
entusiasmado y entusiasta, promete no callarse ni quedarse quieto hasta que la
justicia de Sion irradie como luz, y su salvación arda como antorcha.
En
los versículos 4 y 5 el profeta introduce un juego de conceptos basado en los
nombres de mujeres en hebreo, a los cuales confiere un contenido histórico.
Desamparada,
Desposada. A partir de estos nombres el profeta describe los efectos
transformadores de la salvación de Sion, palpables en la restauración de la
tierra a sus dueños, los hijos de Israel. Los versículos 6 y 7 reflejan
circunstancias parecidas a las descritas en Nehemías 4.9-23, aunque es posible
que el profeta haya tenido esta visión de los guardias de la ciudad cuando sus
murallas aún no habían sido restauradas. Pero éstos no son guardias comunes,
armados de lanza y jabalina, sino gente destacada con el solo propósito de
velar en oración a favor de Jerusalén, de día como de noche, sin reposo, hasta
que Jehová restablezca a Jerusalén y haga de ella una alabanza en la tierra.
Los
versículos 8 y 9 pueden expresar el anhelo de la liberación del yugo persa bajo
el cual se encontraba Sion, insertada en la enorme red de la administración
imperial.
Finalmente,
los versículos 10-12 anticipan la llegada de los inmigrantes a Sion. La
repetición de los verbos pasar y allanar indican celeridad en los preparativos
ante el cercano acontecimiento. Y junto con los inmigrantes el profeta ve venir
a Sion al Salvador, y exclama: ¡He aquí tu Salvador viene!
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