miércoles, 27 de junio de 2018

Un momento... LO QUE MÁS ABUNDA EN ESTE TIEMPO



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LO QUE MÁS ABUNDA EN ESTE TIEMPO

Es tiempo de retar a la iglesia a levantarse y defender el evangelio puro y verdadero tal como lo presenta la Biblia.  En la actualidad hay una cosa que más abunda. Y no son los movimientos revolucionarios. 
Tampoco son los vehículos, mucho menos las personas.  No es la pobreza mundial, ni los desechos que destruyen la naturaleza mundial, y los inventos tecnológicos.  Aunque al decir verdad, estamos atrapados en una sociedad que no puede vivir más sin depender de toda la tecnología que hay ya.  Pero no es eso lo que abunda más en este tiempo.
Y si pensamos que es la delincuencia, los grupos terroristas o movimientos narcotraficantes, aunque hay muchos, no es lo que más abunda en este tiempo.
En el capítulo 6 del Evangelio de Marcos, Jesús les advierte a sus discípulos en el versículo 11: Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad “. Les está hablando que van a encontrar incredulidad en muchos lados.
Pero en ese mismo capítulo, Jesús los amonesta a ellos sobre la incredulidad:
“Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Versículos 49, 50).
¿Descubrimos entonces el elemento, o la actitud que más abunda en este tiempo en las personas?  Es la incredulidad.   
Los discípulos mismos fueron amonestados varias veces por Jesús porque no tenían fe y cuando encontraba a personas con fe, Jesús los elogiaba frente a ellos.  
¿Cómo es posible que los discípulos habiendo vivido cerca de él y habiendo visto tantos milagros hechos por Jesús, aun continúen siendo incrédulos?   El comportamiento y la actitud de ellos solo es una demostración de lo que sería la humanidad después de ellos.
Pensemos un poco sobre la realidad de la humanidad en este tiempo.  Somos más de 7 mil millones de habitantes. Solo cerca de 2 mil millones somos cristianos evangélicos, que tenemos fe en Jesús como nuestro Salvador.   El resto, más de 5 mil millones viven en plena incredulidad, me refiero a que no han creído que solo en Jesús hay salvación.
Claro, muchos de estos últimos, dicen creer en DIOS pero no viven conforme al deseo de DIOS y de lo que dice su Palabra, aun cuando se consideren piadosos, o fieles religiosos.
En esta multitud de seres humanos, la incredulidad es el único pecado que DIOS no les puede perdonar, porque si no creen en Jesús no podrán tener derecho a entrar a la vida eterna, peo si están condenados al castigo eterno en el infierno. 
Es que la única salida para todos, no importa nuestra condición, aunque sea el más malo de toda la humanidad, si tan solo reconocemos que somos pecadores, que Jesús murió por nuestros pecados, y lo reconocemos como nuestro Salvador personal, la Biblia dice que DIOS nos perdona y nos acepta como sus hijos dándonos vida eterna.
Muy bien, pero la incredulidad abunda aun dentro del pueblo que ya ha creído en Jesús como su Salvador.  Y esta incredulidad es la que está lastimando el corazón de DIOS y es la que impide que el evangelio llegue donde DIOS quiere.  
Es nuestra incredulidad cristiana, la misma de los discípulos la que no nos permite ser mejores hijos de DIOS. Pues sabemos que DIOS es poderoso, que es amor, bondad, santo, misericordioso; sin embargo, debo reconocer que el mayor porcentaje de los cristianos en el mundo no creen en verdad lo que DIOS nos ha dicho en su Palabra pues no vivimos sometidos y en obediencia a ella.   No estamos ni predicando ni mucho menos viviendo el evangelio tal como está en la Biblia.
La incredulidad entonces, es lo que más abunda en este tiempo, pues el mundo sin Cristo no cree en Jesús, pero el mayor porcentaje de los que si son cristianos, no le creen a Jesús.   ¿Cuánto ha hecho Dios por nosotros? ¿No es suficiente para que vivamos todos los días confiando en Él y en su Palabra?   Pidamos perdón a DIOS por nuestra incredulidad.
Dios les bendiga abundantemente.

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