lunes, 11 de junio de 2018

Leyendo... Isaías capítulo 58



LECTURA DIARIA:
Isaías capítulo 58

 En este capítulo se nos aclara de una manera más amplia el estado espiritual de la comunidad en Judá y en Jerusalén.
Como requisito para su pacificación el profeta es comisionado para denunciar ante el pueblo de  Dios su transgresión, la causa de la presente calamidad moral y material. Es necesario que el pueblo comprenda por qué las cosas le van mal, y por qué el retorno a Sion no se ha revestido de la gloria y del esplendor que le fueron profetizados.
Se acusa a Israel ahora de otra rebelión; la de haber corrompido el culto divino, particularmente la práctica del ayuno. Israel adoraba y sacrificaba regularmente, pero sus obras negaban sus creencias. Su ostentosa austeridad constituía en realidad una manifestación de egoísmo. Ignoraban las verdaderas necesidades de la gente.
Todo el texto de Isaías 58 enfatiza el lugar del arrepentimiento en la restauración. La verdadera adoración era algo más que un ritual religioso, más que asistir al templo todos los días, ayunar y escuchar la lectura de las Escrituras. Esta gente perdió la clave de una relación viva y eficaz con  Dios.
Sus días de ayuno se convirtieron en días de contienda.
El Señor esclarece el verdadero significado del ayuno para Israel, que debe cesar de oprimir al pobre y observar el día de reposo, rindiéndole gozoso un culto puro. Entonces el Señor dará luz, salvación, justicia y total restauración.
El yugo se refiere a todas las formas de injusticia política, económica y social. El dedo amenazador: Alude a atemorizar a la gente con falsas acusaciones. Y el hablar vanidad, instigar conflictos.
El día de reposo no debía honrarse solo porque existía un mandamiento de guardarlo, sino porque era lo mejor para honrar a  Dios.

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