UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
ES
TIEMPO DE DECIR LA VERDAD
El
famoso escritor John MacArthur dijo: “Nunca suavice el evangelio. Si la verdad
ofende, deje que ofenda. La gente ha estado viviendo toda su vida ofendiendo a
DIOS; deje que se ofendan por un momento”.
Predicar el evangelio con fidelidad
es decir toda la verdad aunque algunas veces ofenderá. Presentar un evangelio a
medias, que Jesús murió y fue sepultado, sin hablar de su resurrección es no
decir la verdad. Decir que es necesario creer en Jesús, pero también en María
es presentar diferente evangelio. Decir que María puede interceder ante el
Padre es anular la obra de Jesús, Él es el único que perdona pecados, sana
enfermos y da vida eterna.
El
gran error de las iglesias de este tiempo es que no decimos lo que DIOS quiere
que digamos y si lo decimos no es como se debe decir. Hacemos concesiones,
favoritismos, damos indulgencias, colamos el mosquito y dejamos pasar el
camello con tal de que los hermanos no dejen la iglesia, por lo cual no decimos
la verdad del evangelio por temor a ofenderles. Cuando no decimos la verdad a
quien no está viviendo conforme la verdad, estamos ofendiendo a DIOS por no
decir la verdad.
Por
nuestro pecado, rebeldía, y desobediencia Jesús fue crucificado. Ya pasaron
casi 2000 años desde que Jesús dio su vida por nosotros. Sin embargo, más de
5.5 mil millones mantienen el mismo comportamiento y actitud de rebeldía,
pecado, y desobediencia. La religiosidad es la mejor estrategia que satanás ha
encontrado, porque más de 1.5 mil millones son católicos en todo el mundo
quienes por su alienación les han hecho creer que están en la verdad, más a la
luz de la Biblia, están engañados, porque no se les está predicando el
evangelio que salva a través de Jesucristo (Hechos 4:12), y lo poco que se les
predica es un sincretismo adormecedor.
Más
de 1.5 mil millones son musulmanes, quienes con una teología tergiversada y
sincretista, están engañando a muchos cada día, pero no creen en Jesús como
Salvador, tampoco se apegan a la Biblia como máxima autoridad.
Las
personas de hoy no les gusta que se les diga que son desobedientes, rebeldes,
pecadores e incrédulos empedernidos porque se ofenden. Hay personas se enojan
porque predicamos un evangelio que está en contra de los matrimonios del mismo
sexo, porque la Biblia dice que es pecado, rebeldía y desobediencia. Gritos de
protesta dan las personas cuando se les dice que el aborto es pecado, que la
borrachera es pecado, que las drogas es pecado, que las mentiras es pecado, que
la irresponsabilidad es pecado, que la infidelidad es pecado, que el pecado
mata, y desagrada a DIOS.
Hasta
algunos cristianos se ofenden cuando se les dice que están en pecado, sin pensar
en lo ofendido que esta DIOS por su pecado. Las iglesias liberales y modernas
están apartándose de la verdad al tolerar mucho pecado, dejan pasar modas
religiosas, infiltración del mundo. En vez de enseñar a que vivan de acuerdo a
la Palabra, cada día se están acomodando más al mundo, a la cultura, a las ideas
u opiniones del pueblo.
Es
tiempo de volvernos a DIOS, a su Palabra, al Espíritu Santo, al amor de DIOS, y
a la misión de Jesús. Jesús murió porque quería obedecer y hacer la voluntad
del Padre.
Jesús
murió por amor a los pecadores. Jesús resucitó para confirmar que puede dar una
salvación que es eterna. Dijo la verdad, enseñó la verdad, vivió la verdad
aunque muchos se ofendieron cuando se las dijo, más él siempre supo que esto
agradó a DIOS.
Prediquemos
la verdad del evangelio aunque otros se enojen, DIOS nos apoyará.
El
evangelio es que Jesús murió por los pecadores, y resucitó para garantizar la
vida eterna.
¿Queremos
tener vida eterna? Si creemos en Jesús como el único Salvador, luego
apeguémonos a vivir de acuerdo a la
Palabra de DIOS, a la guía del Espíritu Santo, al poder del amor de DIOS y a la
misión de Jesús.
Si
somos verdaderos hijo de DIOS, vivamos la verdad, obedezcamos la verdad,
enseñemos la verdad, y defendamos la verdad del evangelio según la Biblia,
aunque muchos no estén de acuerdo con nosotros, otros se ofendan, quizás otros
se aparten de nosotros, pero la recompensa de nuestra fidelidad es grande y el
Señor nos la dará.
Dios
les bendiga abundantemente.
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