UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
FELICIDAD DE LA DISCIPLINA
En
una ocasión DIOS le dio a escoger castigos a David: entre 3 años, tres
meses y tres días. Escogió los tres días que estaría en manos del
castigo de DIOS, porque encontró más misericordia en DIOS que en las manos de
los enemigos.
Este
principio es el que comienza a desarrollarse en el capítulo 4 de Job, solo que
bajo un razonamiento más humano que divino. Es Elifaz quien le está
diciendo a Job que DIOS lo castigará por el pecado que está cometiendo.
Es
verdad que DIOS al que ama castiga, pero el castigo viene acompañado de amor y
un propósito pedagógico.
Elifaz
está aplicando el principio con la seguridad de que Job sufre por causa de su
pecado, cuando Job está asegurando y demostrando que es inocente. Así que,
acá no es castigo lo que DIOS le está dando a Job, sino que es una demostración
al mundo entero de que quien teme a DIOS en cualquier circunstancia es fiel.
Sin
embargo, es necesario afirmar esta gran verdad, de que DIOS al que ama disciplina.
“Por
tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba
disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo”. (Deuteronomio 8.5).
“Porque el Señor al que ama castiga, y azota a todo el que recibe por hijo”. (Hebreos 12.6).
“Porque el Señor al que ama castiga, y azota a todo el que recibe por hijo”. (Hebreos 12.6).
Así
como el padre disciplina al hijo que ama, cuando este se ha portado mal o ha
hecho algo en contra de DIOS, o de la moral.
Hay
un proverbio que dice, “El que detiene la disciplina al hijo
aborrece”.
(Proverbios
13.24).
Es
por ello que debemos reconocer con temor y temblor que DIOS siempre nos
disciplinará cuando hagamos algo que no es correcto.
Es
oportuno aclarar que no siempre, lo que nos pasa es por causa del pecado.
Hay enfermedades que nos vienen por nuestro propio descuido, el cual no es
pecado, sino que es por no alimentarnos bien, por cargar demasiado al cuerpo, o
simplemente por no poner atención a los avisos naturales que el cuerpo
da. En el caso de Job, las calamidades, y la enfermedad de su piel, no
son por su pecado, sino porque DIOS lo está probando, más bien nos está
mostrando la fidelidad y lealtad de Job.
Cuando
somos disciplinados por DIOS, como resultado de alguna falta, no nos enojemos,
no reclamemos, sino sintámonos bienaventurados porque esa es una clara señal de
que DIOS nos ama.
Cuando
no es disciplinado, a pesar de que está haciendo cosas malas, siéntase triste,
porque algo diferente está pasando. Lo mejor que se puede hacer, es
siempre ser fiel a DIOS, aunque se esté en la más dura prueba, porque
cuando somos fieles, las pruebas que nos vienen no podrán poner en duda las
convicciones y la fe en DIOS, lo cual, también nos ayudará a encontrar la
salida que Dios ya tiene preparada, para salir de esa situación.
Dios
les bendiga abundantemente.
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