LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 65
Este
capítulo constituye la respuesta de Jehová a la oración del profeta, la cual
continúa hasta el final del libro.
No
es posible la manifestación gloriosa de Dios ante la situación de pecado
que imperaba en el pueblo. Antes de ahora el profeta se había referido a la
culpabilidad de los judíos que retornaron de Babilonia trayendo un culto
espiritual y depurado de idolatría, pero sin el respaldo de una teología
práctica y de una ética social.
El
Señor les responde: Heme aquí, presenta una imagen piadosa de un Dios que
extiende sus manos a un pueblo rebelde. Sin dejar de reconocer la acusación contra Israel por su idolatría,
prácticas paganas e insolencia blasfema.
Dios
dijo que este pueblo desobedeció directamente sus leyes cuando adoraron ídolos,
consultaron muertos y espíritus del mal, y comieron comida prohibida. Pero
fueron tan perversos que seguían pensando que eran más santos que otros. Jesús
llamó hipócritas a tales personas
Pero
se dirige al remanente fiel que no había rendido culto a los ídolos como Sus
siervos.
Dios
siempre preservará un remanente fiel de su pueblo. Por perverso que sea el
mundo, siempre hay unos pocos que permanecen fieles a Él.
Fortuna
y Destino son las deidades paganas Gad y Meni a las que rendían culto los
rebeldes de Israel, cuya «fortuna» y «destino» será «la espada»
Dios
habla y compara el destino de sus siervos y del Israel infiel; los siervos
recibirán bendición y gozo; los rebeldes vergüenza, pena y la maldición de la
muerte.
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