UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
UNA
SOCIEDAD SIN VALORES
En
la sociedad actual, que cada uno vive en un individualismo asombroso, confiado
en una aparente seguridad y tranquilidad basada en lo que a cada uno le parece
bien, en lo que le cabe conforme a sus ideas y a su forma de ser.
El
individualismo prevalece sobre el bien común; el yo reina, y cuando el yo
reina, no nos importa nada del otro. La vida humana cada día vale menos, nos
hemos acostumbrado, a través de los canales de noticias, a ver la muerte
violenta de otros, en guerras, accidentes, asaltos, entrar a toda hora en
nuestros hogares.
Los
robos, muertes y violaciones ya son solo una estadística.
Los
mismos que defienden el lema Ni una menos, son los que salen a la calle a pedir
aborto legal y gratuito.
Son
las mismas marchas que reclaman trabajo las que cortan calles y no permiten que
aquellos que van a trabajar lleguen a horario y cuiden el trabajo que ellos
dicen reclamar.
Al
sumar el comportamiento de la sociedad de todo un país y el acontecer nacional,
la sociedad actual se parece mucho a Sodoma y Gomorra. Y si DIOS no ha enviado
fuego del cielo es porque ha hecho una promesa, de que no castigará al hombre
como lo hizo en el tiempo de Noé, o en el tiempo de Lot, y su amor es mayor que
el pecado, y él sabe que en este país tiene a mucha gente que salvar aún.
La
globalización de ideas, pensamientos, múltiples perspectivas, puntos de vistas,
donde los valores están siendo cuestionados y puestos fuera de fuego; la moda
del siglo 21, exige más que nunca que el cristiano mantenga sus convicciones.
Hay
el mundo hay dos posiciones, un grupo de personas que están convencidos de que
sus convicciones son totalmente correctas y el otro grupo de personas que
sostienen que son incuestionablemente incorrectas. Este es el debate que en el siglo
21 ha fortalecido la idea de la globalización ante la cual es necesario luchar
y defender los valores que son convicciones personales, sociales y espirituales
innegociables.
Todo
lo que está en contra de la Biblia, y en contra de lo que ordena el Espíritu
Santo, es pecado.
Lo
que ofende al prójimo, lo que no beneficia a los demás, lo que no está motivado
por el amor verdadero, lo que se hace sin fe, y lo que no se hace en santidad y
ética es pecado y es incorrecto aunque el resto del mundo diga lo contrario.
El
segundo mandamiento, después de amar a DIOS, dice: Y el segundo es semejante: "Amarás a tu prójimo como a ti
mismo". (Mateo 22. 39)
Jesús
dijo a sus discípulos: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» (Juan 13.
34).
El
rumbo que ha tomado la sociedad en que vivimos debe crear en los cristianos una
profunda preocupación para rescatar los valores de nuestra sociedad debemos
tener la esperanza de una mejor sociedad. Cada uno de nosotros desde el lugar
que estemos debemos ser protagonistas marcando la diferencia, viviendo como
verdaderos hijos de DIOS de acuerdo a los valores del Reino de los Cielos.
Entonces dijo así el SEÑOR: "Si vuelves, yo
te restauraré, en mi presencia estarás; si apartas lo precioso de lo vil, serás
mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, pero tú no te vuelvas a ellos". (Jeremías 15. 19)
Tú
puedes hacer algo también.
Dios
les bendiga abundantemente.
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