LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 50
En
este capítulo el profeta trae palabras de exhortación, basadas en su propio
ejemplo de fidelidad a Jehová, pero también tiene fuertes palabras contra los
enemigos de la enseñanza profética.
Dios
continúa respondiendo a la queja de haber abandonado a Israel.
Dios
prometió pelear por Israel, pero este se vendió al pecado causándose sus
propios problemas. «¿Se ha acortado mi mano?» significa: «¿No tengo yo poder
para ayudarlos?» Israel se olvidó de Dios y confió en la ayuda de otras
naciones. Dios no rechazó a Israel, sino que Israel lo rechazó a Él.
El
tercer cántico del Siervo. Desde un punto de vista histórico, muchos ven en
este siervo no identificado a Zorobabel en su papel de líder y maestro en la
etapa post-exílica; otro prototipo de Cristo.
Uno
de los dones que Jehová el Señor le dio al Siervo (Cristo) fue lengua de sabios,
la capacidad de comunicar con efectividad el mensaje que le había sido dado. No
fui rebelde: Define su sumisión a la estrategia de Dios
La del
versículo 6, es una clara profecía sobre el sufrimiento vicario de Cristo.
Mateo alude en tres ocasiones a este versículo
El
Siervo se muestra triunfador, al hablar de sí mismo como alguien que ha ganado
una gran batalla legal con la ayuda de Dios. Lucas alude de manera semejante a
la firmeza de Cristo en vísperas de su viaje a Jerusalén
Hay
una exhortación para confiar en el Siervo de Jehová; la otra opción es
ignorarle, en cuyo caso uno mismo terminará siendo sepultado en dolor.
Por
otro lado están aquellos que sí eran fieles a Jehová y que como el profeta
estaban sujetos a muchos abusos y vejámenes. Ellos podían decir como el
profeta: El Señor Jehová me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás.
Es a ellos a quienes exhorta el profeta, y ante ellos se expone como un ejemplo
de fidelidad.
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