UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
NO DIGAMOS
QUE NO PODEMOS VIVIR LA VIDA CRISTIANA
Muchas veces
tenemos la mejor intensión de agradar a DIOS en cada momento de nuestra vida,
de amarlo, y de querer estar dispuestos
a servirle durante las 24 horas del día; pero hay algo que se interpone y
parece opacar todas nuestras buenas intenciones.
Hay algo que
en momentos determinados hace que nuestra vida se torne oscura y sintamos que
las debilidades nos dominan y nos exigen que para ellas, ese tiempo
hermoso que deberíamos dedicar para rendir adoración y gloria a nuestro Padre
Eterno.
Sentimos como que ya no tenemos fuerzas para seguir adelante, como si el mundo se desvaneciera y por consiguiente creemos que DIOS no se manifiesta en nosotros y por ende "guarda silencio", porque ni lo oímos, ni sentimos Su presencia.
Nos preguntamos constantemente: ¿Qué está pasando en mi vida? ¿Dónde estás Señor? ¿Por qué no me hablas? y vemos que pasa el tiempo y no recibimos respuesta. Sencillamente... no vemos a DIOS por ninguna parte.
Pensemos y analicemos las muchas razones que existen para que esto suceda. Tal vez una de las razones por la que DIOS no se manifiesta en nuestra vida y no nos deja verlo, con los ojos de la fe, es porque hemos permitido y tolerado, que todo aquello que nos había quitado, reaparezca y vuelva a tomar posesión de nosotros.
Nuestra actitud cambia y la vieja criatura empieza a opacar la visión correcta de lo que debemos hacer. Cuando nacimos de nuevo DIOS nos lo confirmó por medio dela Palabra
en 2 de Corintios 5.17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas".
Fuimos limpiados y renacidos sin mancha, pero no pudimos resistir, nos era difícil permanecer así. Más sin embargo, muchos son los días nublados que por causa de esta situación, nuestra relación con DIOS se ve perturbada y no porque Él así lo quiera, sino porque nuestras debilidades cobraron fuerza en nosotros, y no pudimos o no quisimos salir del abismo en que caímos y estamos sumergidos.
No podemos, porque nuestras pasiones nos han dominado de tal manera, que han forjado una coraza dura de quitar, que nos impide movilizarnos y que no nos deja avanzar. No podemos, porque están tan enraizadas en nuestro interior, que con nuestras propias fuerzas, no podemos sacarlas de allí.
El no querer, también es porque nos resultan más atractivas ciertas actitudes que nos causan satisfacción y aparente bienestar, y no nos damos cuenta que con ello, estamos alimentando la carne y creando una situación que DIOS no aprueba.
La Palabra de DIOS dice: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad". (Efesios 4.22-24).
Confrontemos nuestras debilidades, para vencerlas, con el poder que DIOS nos ha dado, usando las herramientas con que Él, nos ha dotado, y para darle paso ala Vida Abundante que
nos ha prometido; de esta manera los planes que DIOS tiene para cada uno de
nosotros seguirán avanzando.
Sentimos como que ya no tenemos fuerzas para seguir adelante, como si el mundo se desvaneciera y por consiguiente creemos que DIOS no se manifiesta en nosotros y por ende "guarda silencio", porque ni lo oímos, ni sentimos Su presencia.
Nos preguntamos constantemente: ¿Qué está pasando en mi vida? ¿Dónde estás Señor? ¿Por qué no me hablas? y vemos que pasa el tiempo y no recibimos respuesta. Sencillamente... no vemos a DIOS por ninguna parte.
Pensemos y analicemos las muchas razones que existen para que esto suceda. Tal vez una de las razones por la que DIOS no se manifiesta en nuestra vida y no nos deja verlo, con los ojos de la fe, es porque hemos permitido y tolerado, que todo aquello que nos había quitado, reaparezca y vuelva a tomar posesión de nosotros.
Nuestra actitud cambia y la vieja criatura empieza a opacar la visión correcta de lo que debemos hacer. Cuando nacimos de nuevo DIOS nos lo confirmó por medio de
Fuimos limpiados y renacidos sin mancha, pero no pudimos resistir, nos era difícil permanecer así. Más sin embargo, muchos son los días nublados que por causa de esta situación, nuestra relación con DIOS se ve perturbada y no porque Él así lo quiera, sino porque nuestras debilidades cobraron fuerza en nosotros, y no pudimos o no quisimos salir del abismo en que caímos y estamos sumergidos.
No podemos, porque nuestras pasiones nos han dominado de tal manera, que han forjado una coraza dura de quitar, que nos impide movilizarnos y que no nos deja avanzar. No podemos, porque están tan enraizadas en nuestro interior, que con nuestras propias fuerzas, no podemos sacarlas de allí.
El no querer, también es porque nos resultan más atractivas ciertas actitudes que nos causan satisfacción y aparente bienestar, y no nos damos cuenta que con ello, estamos alimentando la carne y creando una situación que DIOS no aprueba.
La Palabra de DIOS dice: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad". (Efesios 4.22-24).
Confrontemos nuestras debilidades, para vencerlas, con el poder que DIOS nos ha dado, usando las herramientas con que Él, nos ha dotado, y para darle paso a
DIOS no
quiere, que nos sigamos oponiendo a Su voluntad. Él quiere, que cada uno de
nosotros, seamos esa hermosa criatura que Él creó a Su imagen y semejanza.
No hay nada mejor, que los propósitos de DIOS se cumplan en nuestra vida. Abandonemos la vieja criatura, desechémosla de una vez por todas.
No hay nada mejor, que los propósitos de DIOS se cumplan en nuestra vida. Abandonemos la vieja criatura, desechémosla de una vez por todas.
No será
fácil, pero tendremos la ventaja de que el mismo DIOS, será el que nos
sostendrá en sus brazos de amor y misericordia.
Él es nuestro
Creador y nuestro Sustentador; y al final veremos enormes resultados de
bendición para nosotros. Sufriremos aflicción, pero permitamos que DIOS obre en
nosotros y que consuma con Su fuego todo aquello que se interpone entre Él y
cada uno de nosotros.
"Porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz". (Efesios 5.8).
"Porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz". (Efesios 5.8).
Dios les
bendiga abundantemente.
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