TIEMPO DE REFLEXIÓN
"Y los bendijo Dios, y
les dijo: sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser
viviente que se mueve sobre la tierra."
Génesis 1. 28
Dios creó al ser humano a su
imagen. Dios al dar al hombre un alma inmortal, le dotó también de una
verdadera personalidad. El ser humano tiene conciencia de sí mismo, posee la
capacidad de elegir libremente y tiene una responsabilidad moral bien determinada.
Está creado a imagen y semejanza de Dios.
Como vemos en el mandato
"sed fecundos, y multiplicaos, y llenad la tierra", Dios le dijo al
ser humano que poblase la tierra por medio de la reproducción.
Dios le ordenó al hombre que
"dominase" la tierra. El "ejercer dominio" forma parte las
instrucciones de Dios. Adán no era meramente un jardinero encargado de cortar
la hierba sino que fue creado para gobernar la tierra. El gobernó esta tierra.
Es lo que vemos en el Señor Jesús. Cuando Él estaba en la tierra, ejercía
control sobre la naturaleza. Pudo decirle a la tempestad, "cálmate".
Pudo alimentar a la multitud con cinco panes y dos peces.
Adán pudo haber hecho todo
eso hasta el momento de su caída. Pero en la caída, perdió el dominio que Dios
le había concedido.
Todo lo que Dios hizo era
bueno, pero el hombre, siendo su criatura, quiso ser más que su creador y se
dejó engañar.
Cuidado, al igual que le
pasó a Adán, hoy nos sigue pasando cuando nos apartamos del camino de Dios y
permitimos que el enemigo nos lleve por caminos equivocados.
Recordemos que toda decisión
incorrecta trae consecuencia.
Dios les bendiga
abundantemente.
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