LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 6 – El quinto sello
Hay
un evidente paralelismo importante entre la estructura y la cronología del
sermón profético de Jesucristo acerca de las “señales antes del
fin” de Mateo 24 y los siete sellos del Apocalipsis.
El sermón profético
de Jesucristo dice que el evangelio será predicado al mundo entero y comienza
advirtiendo de “guerras y rumores de guerras”, de “pestes, y hambres
y terremotos” pero que todavía no es el fin.
Los
primeros cuatro sellos del Apocalipsis (los cuatro caballos con sus jinetes)
presentan ese mismo contexto general, al enseñar que el primer sello es
el “caballo blanco” que proclama victoriosamente el cristianismo al
mundo. Los siguientes tres sellos, los caballos “bermejo” (rojo), “negro” y “amarillo”,
traen guerras, hambres y epidemias.
Entonces
el sermón profético presenta la “gran tribulación”, mientras que el quinto
sello nos muestra “bajo el altar las almas” que protestan por causa
de las injusticias y de las persecuciones cometidas en contra de ellos.
Apocalipsis 6. 9-11
Presenta
`señales´ en “el sol”, en “la luna” y en “las
estrellas” que ocurren “inmediatamente después de la tribulación”,
seguido por el regreso de Jesucristo, el “Hijo del Hombre”.
”Cuando
abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido
muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y
clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no
juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les
dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de
tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que
también habían de ser muertos como ellos.” Apocalipsis 6. 9-11
Las
víctimas de las persecuciones y de las injusticias que sufrieron el
martirio “por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que
tenían” claman “a gran voz” por justicia y venganza.
Todos
los mártires mencionados en el quinto sello murieron “por causa de la
palabra de Dios y por el testimonio que tenían”. Así que fueron
perseguidos y asesinados por cuestiones religiosas durante las diferentes
épocas y bajo los diferentes poderes políticos y/o religiosos, enemigos de la
libertad religiosa y de las enseñanzas de las Escrituras.
Todos
aquellos hijos de Dios que perdieron su vida por amor a la verdad claman de
esta manera simbólica por justicia y venganza.
Ni
las `almas bajo el altar´ mencionados en el quinto sello, ni la sangre de Abel
`claman´ de manera literal. Sabemos que “sangre” no puede clamar,
tratándose de una manera figurativa de expresión poética.
Estas “almas” son también una descripción figurativa y simbólica.
Cuando
el quinto sello menciona las `almas bajo el altar´ hace alusión a la sangre
inocente derramada en el altar del templo del santuario terrenal del Pacto
Antiguo. Pues la “la vida” (alma) y “la sangre” son
sinónimos bíblicos, representando en este contexto lo mismo.
El
quinto sello abarca por un lado un periodo de tiempo previo al
`juicio celestial´, descrito en los versículo de Apocalipsis 6. 9 - 10, cuando
los mártires aun claman por `justicia´ y `venganza´, y por otro lado el periodo
de tiempo del `juicio celestial´, en el cual los santos reciben
sus “vestiduras blancas”, pero deben `descansar´ “todavía un poco de
tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que
también habían de ser muertos como ellos.” Apocalipsis 6.11. De esta
manera el quinto sello abarca el tiempo profético equivalente a la sexta y
séptima iglesia del Apocalipsis, es decir “Filadelfia” y “Laodicea”.
Todos los
salvos (hayan sido mártires o no) recibirán juntos y al mismo
tiempo la vida eterna, el galardón, la corona de vida. Esto ocurrirá en el
día majestuoso del retorno de Jesucristo en gloria y majestad, cuando los
muertos en Cristo resucitarán y los vivos en Cristo serán transformados y
juntos será arrebatados para encontrarse con su Señor, Salvador y Creador en el
aire.
Los
mártires que durante el quinto sello “clamaban a gran voz” se
dirigieron a Dios como el “santo y verdadero”. Apocalipsis 6.10
Aquí
nos encontramos con la misma terminología que utiliza Dios exclusivamente en el
contexto de la Iglesia profética de “Filadelfia”, para presentarse a
sí mismo: “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el
Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno
cierra, y cierra y ninguno abre.” Apocalipsis 3.7
De
esta manera Dios crea un enlace semántico entre el quinto sello y la sexta
iglesia profética, en la que presenta la apertura de aquella `puerta´ en el
cielo que conduce al lugar santísimo en el santuario celestial para iniciar su
`juicio celestial´. Es impresionante como cada detalle encaja divinamente en el
`rompecabezas profético´.
Fue
así como el remanente de los fieles de “Filadelfia” pasaron por fe
por aquella `puerta´, que representa la transición hacia la séptima y última
iglesia profética, “Laodicea”, la época del juicio, previo al
advenimiento del Señor Jesús. Es por eso que el quinto sello abarca estas
últimas dos Iglesias proféticas.
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