LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 3 – El mensaje a Sardis
A la
iglesia de Sardis Jesucristo se presenta como “El que tiene los siete
espíritus de Dios, y las siete estrellas” Apocalipsis 3.1.
De esta manera
Jesús destaca sobre todo su coordinación con el ministerio del Espíritu Santo,
su fiel colaborador durante su ministerio Sumo Sacerdotal para con “las
siete estrellas”, es decir los ministros de las siete iglesias.
Sardis,
la quinta iglesia del Apocalipsis, se encontraba a 60 kilómetros al sur de
Tiatira. Era una ciudad en dos niveles. Originalmente se encontraba sobre una
meseta pero luego se extendió a las pendientes y hacia los valles inferiores.
La topografía de esta iglesia profética simboliza su decadencia, que sirve de
ejemplo para representar su pasado glorioso y su presente desdichado.
En
la antigüedad Sardis era una de las ciudades más prestigiosas del mundo. Más
tarde, Sardis se convirtió en un monumento polvoriento de su glorioso pasado.
Esta ciudad tuvo que pagar un penoso precio por su falta de vigilancia y
experimentó realmente una historia trágica de decadencia.
Todo
el mensaje apela a que esta iglesia regrese a su pasado de verdadera fe. Jesús
le implora “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y
arrepiéntete.” Apocalipsis 3.3
Sardis (1517
a 1798) que representa la iglesia de la Reforma, siendo la segunda fase
de “Tiatira”. Cristo dijo: “tienes nombre de que vives, y estás
muerto”. Apocalipsis 3.1
También
en la descripción de la iglesia de “Sardis”, Jesús presenta dos
fases.
Su
primera fase experimentó al inicio del movimiento de la Reforma Protestante, en
el cual el Cristianismo volvió a sus fuentes. En esa fase inicial reinaba la
búsqueda de la verdad, y el mensaje original de la Biblia fue redescubierto. De
esta manera “Sardis” estaba simbólicamente en una posición
elevada. Jesús dijo: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives…” Apocalipsis
3.1
La
Reforma Luterana era un nuevo punto de partida para la Cristiandad. “El salvo
es justo por la fe” fue su nueva convicción generalizada.
Pero
ocurrió que comenzó tan bien, pero se alejó del “primer amor” y
empeoró drásticamente en su condición espiritual.
Jesús
dijo respecto a la segunda fase de “Sardis”:“Yo conozco tus obras, que tienes
nombre de que vives, y estás muerto.” Apocalipsis 31
Después
de este gran reavivamiento espiritual vino la trágica muerte espiritual,
acompañada por la decadencia y la apostasía.
“Sé
vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado
tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has
recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré
sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.” Apocalipsis
3.2, 3.
Las
principales iglesias de la Reforma Protestante se olvidaron de la fuente de la
verdad y cayeron en la misma clase de errores que habían criticado de la Iglesia
católica. Su error fundamental fue cometer la misma “fornicación
apocalíptica”.
De
esta manera, las grandes iglesias protestantes del inicio de la Reforma
llegaron a ser poderosas instituciones, siguiendo el ejemplo católico del
Vaticano.
“Pero
tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y
andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” Apocalipsis 3.4
Tal
como en todas las demás épocas de la iglesia cristiana anteriores
a “Sardis”, ésta también tenía “unas pocas personas” fieles
a los principios de Dios. Cristo dice acerca de ellos que “no han manchado
sus vestiduras”. Así que aun en esta época difícil de la Iglesia había una
minoría que se mantuvo fiel a Dios y apartado de la corrupción y del
estancamiento espiritual. Es importante mencionar que a lo largo de la historia
de este mundo, Dios siempre tuvo un remanente fiel.
La
promesa al vencedor se amplía en el versículo cinco al decir Jesús “… y no
borraré su nombre del libro de la vida… ” Apocalipsis 3.5.
El
pasaje muestra además que la época histórica correspondiente a la iglesia
de “Sardis” es el periodo anterior al juicio celestial. Pues en el
mensaje a esta iglesia, el Señor Jesucristo no solo anuncia su cercano retorno
sino además la cercanía de su juicio celestial. Es así que durante el periodo
de “Sardis” la época del juicio se aproxima. Aquel juicio celestial, durante el
cual Cristo no borrará “del libro de la vida” los nombres
de los vencedores que fueron vestidos simbólicamente con las “vestiduras
blancas”. Esta verdad lleva la advertencia implícita que los nombres de todos
aquellos que no llegan a ser vencedores y que no llegan a
vestirse con las simbólicas “vestiduras blancas” serán borrados
desafortunadamente durante el juicio.
La
promesa al vencedor culmina con la última parte del versículo cinco al decir
Jesús “… y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus
ángeles.” Apocalipsis 3.5
En
el juicio celestial, Jesucristo nos defenderá personalmente si nos hemos
arrepentido de nuestros pecados, y nos hemos reconciliado con él, y hemos
llegado a serle fiel.
Ahora
es el tiempo de salvación. Ahora es el tiempo de arrepentirnos y reconciliarnos
con Dios para ser salvos “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice
a las iglesias.” Apocalipsis 3.6
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