TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Uno de los siete ángeles
que tenían las siete copas, vino y me dijo: “Ven, te voy a mostrar el castigo
de la gran prostituta que está sentada sobre las aguas. Los reyes del
mundo se han entregado a la prostitución con ella, y los habitantes de la tierra
se han emborrachado con el vino de su prostitución.”
Luego, en la visión que me
hizo ver el Espíritu, el ángel me llevó al desierto. Allí vi una mujer montada
en un monstruo rojo, el cual estaba cubierto de nombres ofensivos para Dios y
tenía siete cabezas y diez cuernos. Aquella mujer iba vestida con ropa de
colores púrpura y rojo, y estaba adornada con oro, piedras preciosas y perlas.
Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas odiosas y de la impureza de su
prostitución; y llevaba escrito en la frente un nombre misterioso:
“La gran Babilonia, madre de las prostitutas y de todo lo que hay de odioso en
el mundo.”
Apocalipsis 17. 1 – 5.
En el libro de Génesis,
capítulo 11, leemos sobre la Torre de Babel, y las absurdas intenciones de ese
pueblo de llegar con su edificación hasta el Cielo.
Bajo el rey Nimrod,
Babilonia llegó a ser el origen y la cuna de todas las religiones falsas.
Ahora, aparentemente, el sueño de grandeza de Nimrod llegará a realizarse
durante la primera parte del período de la Gran Tribulación, porque la
"iglesia cósmica, universal, apóstata", dominará a la Gran Bestia.
La verdadera Iglesia no
pasará por este período de prueba y tribulación. La verdadera Iglesia será
recogida milagrosamente. Todos sus miembros, fieles y verdaderos, conjuntamente
y en un instante, en lo que se llama "el arrebatamiento", una
asombrosa desaparición de todos aquellos que profesan su fe en Jesucristo,
serán llevados al Cielo, a la presencia de Jesucristo.
Pero, ¿a quiénes recogerá
Dios? No será a las diferentes iglesias, ni los grupos eclesiales, sino la
verdadera Iglesia de Jesucristo, que está formada por los creyentes en Cristo,
aquellos que han aceptado Su regalo de la salvación, conquistado en la cruz;
aquellos que han confesado ser pecadores, aceptaron el perdón de Dios, y
continúan en una relación personal con Jesucristo. Ése será el grupo que Dios
quitará de la Tierra, y el resto, una gran multitud de supuestos miembros, de
muchas iglesias, permanecerá en la Tierra y se enfrentará a los terribles siete
años que durará el período de la Tribulación.
Algunas iglesias continuarán
funcionando el domingo siguiente al "arrebatamiento", de la
desaparición de millones de personas en todo el mundo, como si nada hubiera
pasado realmente. Hasta es posible que después de ese asombroso evento, en
muchas iglesias, no faltará ninguno de sus miembros. Ese grupo pasará por el
período de la Gran Tribulación. Pero, debemos comprender que estos supuestos
cristianos no serán verdaderos creyentes. Ésta no será la verdadera iglesia del
Señor Jesucristo, y nunca será llamada Su Iglesia, la cual ya se halla en la
presencia de Dios, en el Cielo.
La gran Bestia, que será
dominada por el sistema de la Ramera, se levantará contra ella, y la destruirá
completamente, a ella y a su sistema. Sin duda alguna, el
sistema de la ramera estará en competencia con
el sistema religioso de la gran Bestia, que será promocionado por el Falso
Profeta, y se llevará a cabo su destrucción, para que la Bestia sea el único
objetivo de la falsa adoración, en su aspiración en ser Dios.
Esa falsa iglesia ayudará
activamente para extender la influencia de la gran Bestia, quien a su vez,
usará a la iglesia apóstata para controlar las masas; la supuesta iglesia se
rendirá a este arreglo por conveniencia política y su poder.
Cuando se rechaza lo
genuino, entonces uno es un blanco fácil para lo falso.
“El que tengas oídos oiga”.
Dios les bendiga
abundantemente.
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