TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Yo conozco tus obras, y
dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has
negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto
entre vosotros, donde mora Satanás”. Apocalipsis 2. 13
Ser cristiano en Pérgamo
era, como lo llamaría Cromwell, "un compromiso muy difícil". El culto
obligado al César suponía una constante amenaza de muerte que podía caer sobre
ellos en cualquier momento, pero Jesucristo, el Cristo Resucitado, les dice a los
cristianos, "Yo sé dónde estás"; sé dónde vives, en una ciudad,
hermosa y culta, pero donde la presencia y el dominio de satanás es
especialmente intenso.
El principio de la vida
cristiana no es la retirada, sino la conquista. Puede que nos parezca que sería
más fácil ser cristiano en algún otro lugar, y en otras circunstancias, pero el
deber del cristiano es dar testimonio de Cristo donde la vida le ha colocado,
en cualquier circunstancia, en cualquier situación.
Dios está en control de
nuestra vida y de todos y cada una de las circunstancias a las que nos
enfrentamos. Él siempre está dispuesto a fortalecernos en la fe, llenarnos de
Su gozo y paz, y sólo así es como podemos ser faros verdaderos que reflejan Su
luz en un mundo lleno de oscuridad y temor. Si los cristianos de los primeros
días hubieran salido huyendo cada vez que se les presentaba un compromiso
difícil, no habría existido la posibilidad de la extensión del Evangelio, del
Reino de Dios en el mundo.
Los cristianos de Pérgamo
demostraron que era perfectamente posible ser cristianos, incluso a pesar de
sus difíciles circunstancias. Hasta bajo pena de muerte y el martirio, ellos no
se acobardaban ante tan difícil circunstancia.
Muchos cristianos pueden y
disfrutan dar testimonio en los círculos cristianos, pero no tienen el mismo
valor cuando se enfrentan a la oposición, las burlas o a veces, a decisiones
que implican comprometer su ética y moral cristiana.
Desde el punto de vista de
Jesucristo, desde los Cielos, la sede de operaciones de satanás estaba
localizada en la ciudad de Pérgamo. Para aquellos que piensan que Satanás se
encuentra en el infierno, o en algún lugar remoto, debemos indicar que esta
idea es falsa, este lugar, el infierno, sólo existirá después del llamado
Juicio Final; será el lugar donde serán arrojados todos los incrédulos para
vivir una eternidad de sufrimiento, "llanto y crujir de dientes".
Satanás no se encuentra hoy en el infierno, sino que anda de un lugar a otro,
en este mundo, "como león rugiente, buscando a quien devorar", según
nos explica la Palabra de Dios.
Por eso es importante estar
firmes en la fe sabiendo que el Señor nos fortalece ante cualquier
circunstancia que tengamos que vivir.
Dios les bendiga
abundantemente.
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