jueves, 3 de octubre de 2019

Tiempo... Apocalipsis 2. 13



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás”.  Apocalipsis 2. 13


Ser cristiano en Pérgamo era, como lo llamaría Cromwell, "un compromiso muy difícil". El culto obligado al César suponía una constante amenaza de muerte que podía caer sobre ellos en cualquier momento, pero Jesucristo, el Cristo Resucitado, les dice a los cristianos, "Yo sé dónde estás"; sé dónde vives, en una ciudad, hermosa y culta, pero donde la presencia y el dominio de satanás es especialmente intenso.
El principio de la vida cristiana no es la retirada, sino la conquista. Puede que nos parezca que sería más fácil ser cristiano en algún otro lugar, y en otras circunstancias, pero el deber del cristiano es dar testimonio de Cristo donde la vida le ha colocado, en cualquier circunstancia, en cualquier situación.
Dios está en control de nuestra vida y de todos y cada una de las circunstancias a las que nos enfrentamos. Él siempre está dispuesto a fortalecernos en la fe, llenarnos de Su gozo y paz, y sólo así es como podemos ser faros verdaderos que reflejan Su luz en un mundo lleno de oscuridad y temor. Si los cristianos de los primeros días hubieran salido huyendo cada vez que se les presentaba un compromiso difícil, no habría existido la posibilidad de la extensión del Evangelio, del Reino de Dios en el mundo.
Los cristianos de Pérgamo demostraron que era perfectamente posible ser cristianos, incluso a pesar de sus difíciles circunstancias. Hasta bajo pena de muerte y el martirio, ellos no se acobardaban ante tan difícil circunstancia.
Muchos cristianos pueden y disfrutan dar testimonio en los círculos cristianos, pero no tienen el mismo valor cuando se enfrentan a la oposición, las burlas o a veces, a decisiones que implican comprometer su ética y moral cristiana.
Desde el punto de vista de Jesucristo, desde los Cielos, la sede de operaciones de satanás estaba localizada en la ciudad de Pérgamo. Para aquellos que piensan que Satanás se encuentra en el infierno, o en algún lugar remoto, debemos indicar que esta idea es falsa, este lugar, el infierno, sólo existirá después del llamado Juicio Final; será el lugar donde serán arrojados todos los incrédulos para vivir una eternidad de sufrimiento, "llanto y crujir de dientes". Satanás no se encuentra hoy en el infierno, sino que anda de un lugar a otro, en este mundo, "como león rugiente, buscando a quien devorar", según nos explica la Palabra de Dios.
Por eso es importante estar firmes en la fe sabiendo que el Señor nos fortalece ante cualquier circunstancia que tengamos que vivir.
Dios les bendiga abundantemente.

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