TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Cuando hayan pasado los mil
años, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las
naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, cuyos ejércitos,
numerosos como la arena del mar, reunirá para la batalla. Y subieron por
lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento del pueblo santo, y la ciudad
que él ama. Pero cayó fuego del cielo y los quemó por completo.
Y el
diablo, que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde
también habían sido arrojados el monstruo y el falso profeta. Allí serán
atormentados día y noche por todos los siglos”.
Apocalipsis 20. 7 – 9
La rebelión de satanás y del
hombre, tras el milenio, revela la persistente dureza e impermeabilidad del
corazón del ser humano.
El profeta Jeremías dijo en
el capítulo 17 de su libro, versículo 9: "Engañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?"
Sólo el ser humano es capaz
de alcanzar las más altas y las más bajas cotas éticas y morales de conducta,
tanto en positivo, como en negativo; construimos grandes cosas, pero también la
bomba atómica.
Por más que lo intentamos
cada vez estamos, en nuestras fuerzas, separados de Dios cada vez más.
Lo que la Biblia denomina
"vieja naturaleza" no es sino nuestra natural tendencia a hacer lo
malo, por puro egoísmo, así como hacer el mal, por puro placer.
Tal y como escribió el
apóstol Pablo, en su Carta a los Romanos, capítulo 8, versículo 7: "Por
cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden."
Los hombres están dispuestos
a secundar la última y definitiva rebelión de satanás, el Diablo, más aún
cuando estas personas habrán tenido la oportunidad de vivir en las condiciones
ideales que caracterizarán el reinado de mil años de Cristo.
Muchos vivirán deseosos de
llevar a cabo sus propios planes en un nuevo orden mundial. Y tal vez por ello,
cuando se les ofrezca la oportunidad de volverse a Dios, aún seguirán bajo la
bandera de satanás, el mismo que engañó a las naciones en el pasado, antes del
Milenio, accederán. Sin embargo, ésta será la última rebelión de satanás, pase
lo que pase, su destino está marcado.
La victoria es de Jesucristo
y aquellos que han creído en Él y lo siguieron.
Dios les bendiga
abundantemente.
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