TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Alegrémonos, llenémonos de
gozo y démosle gloria, porque ha llegado el momento de las bodas del Cordero.
Su esposa se ha preparado: se le ha permitido vestirse de lino fino, limpio y
brillante, porque ese lino es la recta conducta del pueblo santo”. Apocalipsis 19. 7 -8
La Iglesia, formada por los
creyentes desde el día de Pentecostés, el día en que el Espíritu Santo vino a
la Tierra, tal y como narra el capítulo 2 del libro de los Hechos de los
Apóstoles, hasta el momento del arrebatamiento, es ahora presentada como una
novia al Señor Jesucristo, siguiendo la similitud de una boda, para unirse con
Él, como Su esposa.
En la escena de las bodas
del Cordero y Su novia representa la unión final entre Jesucristo y Su Iglesia.
En el Antiguo Testamento,
una y otra vez, los profetas hablaron de Israel como la esposa del Señor. El
apóstol Pablo en su epístola a los Efesios, en el capítulo 5, versículos 25 al
27: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha."
El Señor Jesucristo amó
tanto a la Iglesia, que se entregó a Sí mismo por ella.
Juan, aquí dice, que el
vestido de la iglesia, es las acciones justas de los santos. Se refiere aquí,
no a la justicia de Cristo, sino a los resultados prácticos de esa justicia en
la vida de los creyentes, es decir, la manifestación exterior de la virtud
interior.
De la misma forma que el
vestido de novia se utiliza una sola vez, nosotros estaremos vestidos con la
justicia de Cristo por toda la Eternidad. Nosotros, como hijos de Dios,
creyentes redimidos por la sangre de Cristo, compadeceremos ante el Tribunal de
Cristo, no para ser juzgados por nuestros pecados, sino para recibir nuestra
recompensa.
Esto nos lleva a reflexionar
sobre lo siguiente: ¿Qué estoy haciendo para adornar ese vestido de bodas? ¿Qué
estoy haciendo para el Señor?
¿Refleja mi carácter que soy
cristiano? ¿Refleja mi carácter el de Cristo? ¿Alguien que no fuese cristiano
sabría que lo soy, debido a mi carácter?
Cada uno responderá. ¡El
Señor viene pronto!
Dios les bendiga
abundantemente.
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