TIEMPO DE REFLEXIÓN
Entonces oí una fuerte voz
en el cielo, que decía: “Ya llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro
Dios, y la autoridad de su Mesías; porque ha sido expulsado el acusador de
nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios.
Nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del Cordero y con el
mensaje que ellos proclamaron; no tuvieron miedo de perder la vida, sino que
estuvieron dispuestos a morir. ¡Alégrense, pues, cielos, y ustedes que
viven en ellos! ¡Pero ay de los que viven en la tierra y en el mar, porque el
diablo, sabiendo que le queda poco tiempo, ha bajado contra ustedes lleno de
furor!” Apocalipsis 12. 10 – 12.
Juan es un espectador
privilegiado al que se le ha ordenado escribir todo lo que ve y oye. Es testigo
presencial de unos hechos reales.
El enemigo de Dios y del ser
humano, satanás, había sido arrojado del Cielo. Esto causó gran regocijo entre
la multitud de redimidos que ya están en el Cielo. Por fin El acusador de los
hermanos había sido arrojado de la presencia de Dios, porque, él tenía acceso
hasta ese momento ante el Trono para acusar y difamar con toda su furia a los
creyentes fieles que viven ese difícil tiempo de pruebas.
Esta es la primera gran
demostración de poder ejecutada contra "el mal" después de la muerte
y resurrección de Cristo: la expulsión o el lanzamiento de satanás fuera del
Cielo.
Este es el comienzo de una
serie de acciones que llevarán al Señor Jesucristo a tomar el control del
gobierno mundial, y que comience Su reinado sobre toda la Tierra.
Cuando Cristo murió en la
cruz, Él preparó el camino para que satanás pudiera ser arrojado del Cielo,
fuera de la presencia de Dios Padre.
El Apóstol Pablo escribió en
su epístola a los Colosenses, capítulo 2, versículo 14: “Anulando el acta de
los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio, y clavándola en la cruz.”
Eso es la obra de Cristo en
la cruz. Jesucristo hizo posible, con su muerte, la salvación del ser humano.
Dios canceló nuestra deuda de pecado al clavarlos en la cruz de Cristo.
Jesucristo pagó nuestras deudas con Dios con Su propia muerte. El precio fue su
sangre inocente.
Pablo continuó en el
versículo 15: “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”
¿Qué significa esto?
La consumación de la
salvación sólo está en la persona de Cristo.
Cuando Él tome el poder y el
control sobre esta Tierra, reinará la justicia perfecta y la paz perfecta.
Será maravilloso cuando este
reino perfecto llegue y gobierne en nuestro mundo, con la autoridad de
Jesucristo.
Jesucristo está dando al
hombre, a nosotros, una seria advertencia y una oportunidad para volverse a Él,
y multitudes lo harán. Siempre hay una nota
de gracia y misericordia en el juicio de Dios.
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