TIEMPO DE REFLEXIÓN
“En el principio creó Dios,
los cielos y la tierra”
Génesis 1.1
La Biblia comienza con esta
importante declaración. Es un relato de lo que sucedió. No es un intento de
probar o convencer al lector en cuanto a la veracidad de los hechos, sino
que describe lo que ocurrió. Dios creó en el principio todas las cosas que
existen.
Todo tuvo un inicio. El
universo no ha existido siempre sino que Dios dio existencia a todo en un
momento específico. Hablar sobre algo antes del principio se vuelve una
contradicción, porque el versículo está describiendo el momento en el cual Dios
dio inicio a la Historia.
El tiempo y el espacio no
tenían existencia hasta que Dios decidió crear y es imposible imaginar algo
antes de la creación, porque el tiempo y el espacio tienen sentido solo con
respecto a un universo físico, el cual no existía. Pero Dios es eterno y
trasciende al mundo físico que Él creó.
Dios quiso crear y como
Creador tiene el derecho de disponer sobre todo lo que ha creado.
La sociedad moderna se
esfuerza por establecer y defender los derechos que se supone, deben tener las
criaturas, los derechos de la mujer, del niño, los derechos del minusválido,
los derechos del trabajador, los derechos de los animales, etc. Sin embargo,
deberíamos ser conscientes que lo primero y más importante debería ser el
reconocimiento de que Dios como Creador tiene todo el derecho sobre todo lo que
le pertenece, todo lo que Él hizo le pertenece, como lo afirma el Salmo 24.1 “De
Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.”
Dios tiene derecho de pedir
cuentas a sus criaturas, específicamente a aquellas que creó con una capacidad
de raciocinio y decisiones morales, los seres humanos.
Esta es una de las razones
escondidas detrás del ateísmo: Si no hay Dios, no hay que rendir cuentas. Pero
la Biblia establece claramente que el Dios que es Creador de todo, también es
Juez y ha determinado un día para que seres humanos y ángeles se presenten ante
su presencia.
Los cielos y la tierra son
un testimonio visible, palpable de la grandeza del creador y esto es algo en lo
que reflexiona el salmista David: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y
el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19.1).
Debemos tomar tiempo para
contemplar la belleza de todo lo que Dios ha hecho y luego meditar en el hecho
de que aún más grandioso que todo el precioso Universo en el cual vivimos debe
ser el Creador de este universo.
¡Y todavía más maravilloso
es el hecho de que el Dios todopoderoso y Soberano haya sido concedido a
los hombres, las criaturas que Él formó y que pronto se rebelaron contra
su Creador, la oportunidad de volver a tener comunicación con Él!
Nosotros, los que por causa
del pecado estábamos en enemistad con Dios, ahora podemos, por la mediación de
Cristo, llegar al Padre. (Juan 14.6).
Dios les bendiga
abundantemente.
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