LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 20
El
dragón es atado con cadenas, no como castigo, eso ocurre en 20.10, sino para
evitar que siga engañando a las naciones.
Cómo
y cuándo tendrán lugar estos mil años se explica en diversas formas. Las tres
opiniones más notables al respecto son el postmilenarismo, el premilenarismo y
el amilenarismo.
El
postmilenarismo espera un período literal de mil años en que la Iglesia traerá
paz en la tierra. Al final de los mil años, se pondrá en libertad a satanás una
vez más, pero luego Cristo volverá para derrotarlo y reinar para siempre. La
Segunda Venida de Cristo no tiene lugar sino hasta que finalice el período de
los mil años.
El
premilenarismo también ve los mil años como un período literal, pero sostiene
que la Segunda Venida de Cristo inicia los mil años del reinado, que tiene
lugar antes que se quite definitivamente a satanás.
El
amilenarismo entiende el período de mil años como simbólico y que comprende el
tiempo de la ascensión de Cristo y su venida. Este milenio es el reinado de
Cristo en el corazón de los creyentes y en su Iglesia; esta es otra manera de
referirse a la era de la Iglesia. Este período terminará con la Segunda Venida
de Cristo.
Lo más
importante es que: ¡Cristo volverá, derrotará a satanás y reinará para siempre!
Sea lo que fuere y cuando fuere el milenio, Jesucristo unirá a todos los
creyentes.
Juan
no dice por qué Dios pone en libertad una vez más a satanás, pero es parte de
su plan para juzgar al mundo. Es posible que sea para poner al descubierto a
quienes se rebelan en su corazón contra Dios y para confirmar a los que son
fieles a Dios. Sin que importe cuál sea la razón, la libertad de satanás
resulta en la destrucción final de toda maldad.
La
muerte segunda es muerte espiritual, separación eterna de Dios.
Gog
y Magog simbolizan todas las fuerzas del mal que se unen para enfrentarse a
Dios. Esta no es una batalla típica en la que el resultado está en duda durante
el fragor del conflicto. Aquí no hay competencia.
Hay
dos fuerzas poderosas del mal, las que vienen de la bestia y de Satanás, unidas para enfrentarse a Dios.
La
Biblia emplea dos versículos para describir cada batalla: la bestia y sus
fuerzas son apresadas y lanzadas en el lago de fuego (19.20, 21), y el fuego de
Dios consume a satanás y sus fuerzas (20.9, 10). Para Dios es de lo más
sencillo.
El
poder de satanás no es eterno; se enfrentará su condena. Empezó su obra maligna
en la humanidad al principio y la continúa hoy; pero será destruido cuando sea
lanzado en el lago de fuego. El diablo será liberado del pozo del abismo; pero
nunca se le sacará del lago de fuego. Nunca más volverá a engañar a nadie.
En
el juicio, se abren los libros. Representan el juicio de Dios y en ellos están
registradas las obras de cada uno, buenas o malas. No somos salvos por obras,
pero estas se ven como una clara evidencia de la relación de una persona con
Dios. El libro de la vida contiene los nombres de quienes han puesto su
confianza en Cristo para ser salvos.
La
muerte y el Hades son lanzados al lago de fuego. Ha terminado el juicio de
Dios. El lago de fuego es el destino final de todo lo impío: satanás, la
bestia, el falso profeta, los demonios, la muerte, el Hades y todos aquellos
cuyos nombres no han sido inscritos en el libro de la vida porque no pusieron
su fe en Jesucristo.
La
visión de Juan no permite ninguna transigencia en el juicio de Dios. Si por la
fe no nos hemos identificado con Cristo, confesándolo como Señor, no habrá
esperanza alguna, ninguna segunda oportunidad, ninguna otra apelación.
La
Biblia registra los inicios del mundo y su fin. La historia de la humanidad,
desde su comienzo hasta su fin, desde su caída en el pecado hasta la redención
de Cristo y la victoria final de Dios sobre el maligno, se halla en las páginas
de la Biblia.
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