LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 19
La
alabanza es la respuesta sincera a Dios ofrecida por quienes lo aman. La
alabanza es el corazón de la adoración verdadera. La alabanza a Dios debe fluir
del reconocimiento de quién es El y de lo mucho que lo amamos.
Una
multitud inmensa inicia el coro de alabanza a Dios por su victoria. Luego los
veinticuatro ancianos se unen al coro. Por último, el gran coro del cielo una
vez más alaba a Dios.
Ha
llegado la boda del Cordero, donde Cristo compara la venida de su reino con una
boda para la que debemos estar preparados.
Esta
es la culminación de la historia humana, el juicio de los impíos y la
celebración de las bodas del Cordero y su esposa, la Iglesia.
La
Iglesia está formada por todos los creyentes fieles de todos los tiempos. La
pureza del atavío de la esposa se presenta en contraste con la impureza del
vestido de la gran ramera del capítulo 17.
El
atavío de la esposa es la justicia de los santos. Estas obras de justicia no
son actividades religiosas en que los creyentes participan a fin de alcanzar
mérito, sino que reflejan la obra de Cristo al salvarnos.
El
ángel no acepta el homenaje y la adoración de Juan porque solo Dios es digno de
adoración. Al igual que Juan, sería fácil para nosotros sentirnos abrumados por
este espectáculo profético. Pero Jesucristo es el mensaje principal de la
revelación de Dios y su plan de redención (tal como fue anunciado por los
profetas).
Al
leer el libro de Apocalipsis, tomemos en cuenta que el tema sobresaliente en
todas las visiones es la victoria final de Jesucristo sobre el maligno.
El
nombre "Fiel y Verdadero" contrasta con la infidelidad y falsedad de
la Babilonia descrita en el capítulo 18.
La
visión de Juan cambia otra vez. Se abren los cielos y aparece Jesucristo, esta
vez no como Cordero sino como guerrero montado en un caballo blanco (símbolo de
victoria). Jesucristo vino primero como Cordero para ser inmolado por el
pecado, pero volverá como vencedor y Rey para llevar a cabo el juicio. Su
primera venida trajo perdón, su Segunda Venida traerá juicio. La línea de
batalla ha sido marcada entre Dios y el maligno, y el mundo está esperando que
el Rey cabalgue hacia el lugar de la batalla.
Aunque
a Jesucristo se le llama "Fiel y Verdadero" el "Verbo de
Dios" y el "REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES", ningún nombre le
puede hacer justicia.
Él
es más grande que cualquier descripción o expresión que la mente humana pudiera
idear para El.
Gran
parte del mundo está adorando al anticristo, el que creen que tiene todo el
poder y autoridad. Cristo viene del cielo cabalgando con su ejército de
ángeles: el "REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES". Este título indica la
soberanía de Dios. Su entrada marca el final de los poderes falsos.
Esta
"gran cena de Dios" es un horrendo contraste con las bodas del
Cordero. Una es celebración; la otra, devastación.
Se
ha marcado la línea de batalla y está a punto de empezar la mayor confrontación
en la historia del mundo. La bestia, el anticristo y el falso profeta han
reunido a los gobernantes y ejércitos de la tierra bajo la dirección del
anticristo. Ellos creen haber venido por su propia voluntad; en realidad, Dios
los ha citado para la batalla a fin de derrotarlos. El hecho de que hayan
tenido la presunción de pelear contra Dios demuestra que su orgullo y rebeldía
ha pervertido su pensamiento.
Sin
embargo, no hay una lucha, porque la victoria fue ganada cuando Jesucristo
murió en la cruz por el pecado y resucitó de entre los muertos. Así los líderes
malignos son apresados de inmediato y enviados a su castigo, y se aniquilan todas
las fuerzas del mal.
El
lago de fuego es el destino final del impío. Es diferente del pozo del abismo
al que se refiere en el capítulo 9.
El
anticristo y el falso profeta son arrojados en el lago de fuego. Luego su líder,
satanás, es lanzado allí y, por último, la muerte y el Hades.
Todo
aquel cuyo nombre no esté registrado en el libro de la vida será enviado al
mismo destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario