LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 17
La
destrucción de Babilonia mencionada en el capítulo 16 se describe ahora con más
detalles.
La
"gran ramera", llamada Babilonia, representa al Imperio Romano en sus
inicios con sus diversos dioses y sus manos manchadas con la sangre de los
mártires cristianos.
El
agua representa el comercio marítimo o una ciudad con un buen suministro de
agua.
La
gran ramera representa la seducción del sistema de gobierno al emplear medios
inmorales a fin de obtener placer, prosperidad y ventaja. En contraste con la
ramera, la esposa de Cristo, la Iglesia, es pura y obediente.
Se
presenta a la ciudad pecadora de Babilonia en contraste con la ciudad celestial
de Jerusalén.
Los
lectores originales identificaban con facilidad a Babilonia con Roma, pero ella
también simboliza cualquier sistema enemigo de Dios.
La
bestia escarlata puede ser el dragón del capítulo 12 o la bestia que sale del
mar descripta en el capítulo 13.
A lo
largo de la historia muchos han muerto por causa de su fe. En el último siglo,
millones han sido asesinados por gobiernos opresores y muchos de ellos eran
creyentes. La ebriedad de la mujer muestra su placer en sus logros malignos y
su falso sentimiento de triunfo sobre la Iglesia. Pero cada mártir que cae bajo
su espada solo fortalece la Iglesia.
Dijimos
que en el capítulo 12 encontramos al dragón (satanás). En el 13 vimos a la
bestia que salió del mar y el poder que recibió de satanás. En los capítulos 14
al 16 vemos el gran juicio de Dios. En este capítulo, la bestia escarlata
similar a la bestia y al dragón aparece como un aliado de la gran ramera. La
frase "era, y no es; y está para subir" significa que la bestia
estuvo viva, murió y luego resucitó. La resurrección de la bestia simboliza la
persistencia del mal.
Este
resurgir del poder maligno convencerá a muchos para que unan sus fuerzas con la
bestia; pero los que escogen el lado del mal se condenan a sí mismos al destino
del maligno, el tormento eterno.
Juan
se refiere a Roma, la ciudad famosa por sus siete montes. Muchos dicen que esta
ciudad también simboliza todo lo malo del mundo, cualquier persona, religión,
grupo, gobierno o estructura que esté en contra de Cristo. Sea cual fuere la
perspectiva que se tenga de los siete montes y los siete reyes, esta sección
indica el clímax de la batalla de satanás contra Dios. El poder del mal es
limitado y su destrucción está en el horizonte.
Los
diez cuernos representan reyes de naciones que están por surgir. Después de
Roma seguirán otros poderes. Roma es un buen ejemplo de cómo obrará el sistema
del anticristo: exigirá absoluta lealtad, y gobernará mediante un poder
descarnado, opresivo y esclavizante. Sean quienes fueren los diez reyes, le
darán poder al anticristo y financiarán la guerra en contra del Cordero.
En
un cambio espectacular de acontecimientos, los aliados de la gran ramera se
vuelven contra ella y la destruyen. Así funciona el mal. Destructivo por su
propia naturaleza, descarta a sus propios seguidores cuando dejan de serle
útiles para sus propósitos. Una alianza impía no es una alianza fácil porque
cada integrante pone en primer lugar sus propios intereses.
Sin
que importe lo que suceda, debemos confiar en que Dios sigue al timón y
gobierna, y llevará a cabo sus planes tal como lo dijo. Sigue usando a las
personas que se le oponen para llevar a cabo su voluntad. Aunque El permite que
el mal penetre el mundo actual, la tierra nueva nunca conocerá el pecado.
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