LECTURA
DIARIA:
Apocalipsis
capítulo 22
El
agua de vida es símbolo de vida eterna. Jesús empleó ese mismo símbolo con la
mujer samaritana. Describe la plenitud de vida con Dios y la bendición eterna
que viene cuando creemos en Él y le permitimos satisfacer nuestra sed
espiritual.
Este
árbol de la vida es semejante al árbol de la vida del huerto del Edén. Después
que Adán y Eva pecaron, se les prohibió que comieran del árbol de la vida
porque no podrían tener vida eterna mientras permanecieran bajo el dominio del
pecado. Pero gracias al perdón de pecado mediante la sangre de Cristo, no habrá
maldad ni pecado en esa ciudad. Podremos comer libremente del árbol de la vida
cuando sea destruido el control que tiene sobre nosotros el pecado y se asegure
nuestra eternidad con Dios.
Juan
se refiere a Ezequiel 47.12, donde el
agua que salía del templo producía árboles con hojas curativas. Él no está
indicando que habrá enfermedad en la nueva tierra, sino que el agua de vida
produce salud y fuerza dondequiera que vaya.
"Y
no habrá más maldición" significa que nada maldito estará en la presencia
de Dios.
El
primero de los diez mandamientos es "No tendrás dioses ajenos delante de
mí" (Éxodo 20.3) Jesús dijo que el mayor mandamiento de Moisés fue:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente" (Mateo 22.37). Aquí, al final de la Biblia, se reitera esa
verdad.
El
ángel instruye a Juan: "Adora a Dios". Solo Dios es digno de ser
adorado. Él está por encima de la creación, aun sobre los ángeles.
El
ángel le dice a Juan lo que debe hacer después que termine la visión. En lugar
de sellar lo que ha escrito, como se le ordenó hacer a Daniel (Daniel 12), el
libro debe quedar abierto para que todos lo lean y comprendan. El mensaje de
Daniel fue sellado porque no era un mensaje para aquella época.
El
libro de Apocalipsis no fue solo un mensaje para los días de Juan, sino también
para hoy.
A
medida que se acerca la venida de Cristo, hay cada vez una mayor polarización
entre los seguidores de Dios y los de satanás. Debemos leer el libro de
Apocalipsis, oír su mensaje y estar preparados para la inminente venida de
Cristo.
Los
que están lavando sus ropas son los que tratan de purificarse de un estilo de
vida pecaminoso. Cada día están procurando mantenerse fieles y estar preparados
para la venida de Cristo.
No
se conoce la ubicación exacta de los pecadores, ni tampoco es importante
conocerla. Ellos están afuera. Fueron juzgados y condenados. El énfasis es que
nada maligno ni pecador estará en la presencia de Dios para corromper o hacer
daño a cualquiera de los fieles.
Jesucristo
es la "raíz" y el "linaje de David". Como Creador de todo,
Él ha existido mucho antes que David. Como ser humano, sin embargo, fue uno de
los descendientes directos de David. Como el Mesías, es la "estrella
resplandeciente de la mañana", la luz de salvación para todos.
Tanto
el Espíritu Santo como la Esposa, la Iglesia, extienden la invitación a todo el
mundo para que acuda a Jesucristo y experimente las alegrías de la salvación en
Cristo.
El
evangelio tiene un alcance ilimitado: todas las personas de todo lugar pueden
recibirlo. No se puede ganar la salvación; Dios la da gratuitamente. Vivimos en
un mundo sediento del agua de la vida, y muchos mueren de sed. Pero no es
demasiado tarde. Invitemos a todos a que acudan a Cristo y beban de esa agua.
La
advertencia es para quienes intencionalmente tergiversan el mensaje de este
libro. Debemos estar dispuestos a poner en práctica sus principios en nuestra
vida. Ninguna explicación ni interpretación humana de la Palabra de Dios debe
estar por encima de la autoridad del texto mismo.
No
sabemos ni el día ni la hora, pero Jesucristo viene pronto y en un momento en
que nadie lo espera. Esa es una buena noticia para los que confían en El, pero
un mensaje terrible para quienes lo han rechazado y están condenados. En breve
significa en cualquier instante, y debemos estar siempre preparados para su
venida.
Apocalipsis
pone fin a la historia humana así como Génesis le da inicio en el paraíso. Pero
hay una diferencia notable en Apocalipsis: el mal deja de existir para siempre.
Génesis
describe a Adán y Eva que caminan y hablan con Dios; Apocalipsis describe a las
personas que lo adoran cara a cara. Génesis describe un huerto con una
serpiente maligna. Apocalipsis describe una ciudad perfecta sin maldad. El
huerto del Edén fue destruido por el pecado, pero el paraíso es creado en la
nueva Jerusalén.
El
libro de Apocalipsis termina con una exhortación urgente: "Ven, Señor
Jesús".
En
un mundo de problemas, persecución, maldad e inmoralidad, Cristo nos llama a
permanecer en nuestra fe. Nuestros esfuerzos por mejorar nuestro mundo son
importantes, pero sus resultados no pueden compararse con la transformación que
Jesucristo traerá consigo cuando vuelva. Solo El controla la historia humana,
perdona el pecado y volverá a crear la tierra y traerá paz duradera.
Apocalipsis es sobre todo un libro de esperanza. Muestra que, sin que importe
lo que ocurra en la tierra, Dios está al mando. Promete que el mal no
permanecerá para siempre. Y describe la recompensa maravillosa que les aguarda
a todos los que creen en Jesucristo como Señor y Salvador.
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