domingo, 30 de junio de 2019

Leyendo... Gálatas capítulo 4



LECTURA DIARIA:
Gálatas capítulo 4

El apóstol Pablo usa la ilustración de la esclavitud para mostrar que antes de que Cristo viniera y muriera por nuestros pecados, la gente vivía esclavos de la ley.
Pensando que podían salvarse por medio de ella, se esclavizaban al intentar guardarla y fallar en su cumplimiento. Los que una vez fuimos esclavos, ahora somos hijos de Dios y tenemos una relación íntima con El. Podemos acercarnos confiadamente a Su presencia, sabiendo que nos recibirá como miembros de su familia.
Dios envió a Jesús a la tierra para morir por nuestros pecados. Por siglos los judíos se preguntaban cuándo vendría el Mesías, pero el tiempo de Dios fue perfecto.
Jesús nació de una mujer, fue un ser humano. Nació como un judío, estaba sujeto a la ley de Dios, y la cumplió en plenitud. De esta manera Jesús fue el sacrificio perfecto, porque a pesar de que fue totalmente humano, nunca pecó. Su muerte compró libertad para los que éramos esclavos del pecado y que pudiéramos ser adoptados como miembros de la familia de Dios.
Bajo la ley romana, un hijo adoptivo disfrutaba de todos los derechos legales relacionados con las propiedades de su padre, incluso si anteriormente fue un esclavo. No era un hijo de segunda clase, era igual a cualquier otro hijo, biológico o adoptivo, en la familia de su padre.
Abba es una palabra aramea que significa padre.
La enfermedad de Pablo era una prueba que él sobrellevaba mientras visitaba las iglesias en Galacia. Pablo elogió a los gálatas por no haberlo rechazado, a pesar de que su condición era una prueba para ellos.
Pablo temía que los gálatas hubieran perdido el gozo de su salvación por causa del legalismo.
Pablo no ganó popularidad cuando regañó a los gálatas por haberse apartado de su primera fe en Cristo.
Estos falsos maestros reclamaban ser autoridades religiosas, expertos en judaísmo y cristianismo. Apelando a los deseos de los creyentes para hacer lo que es correcto, los persuadieron a seguir. Pablo dice, sin embargo, que estaban equivocados y que sus intenciones eran egoístas. Los falsos maestros, con frecuencia, son respetables y persuasivos. Esa es la razón por la que todas las enseñanzas necesitan ser analizadas a la luz de la Biblia.
Pablo guió a muchas personas a Cristo y las ayudó a madurar espiritualmente. Como padre espiritual sintió un interés profundo por sus hijos espirituales; y comparó su dolor por la infidelidad de ellos al dolor del parto.
La gente se salva por su fe en Cristo, no por lo que haga. Pablo hace un contraste entre aquellos que son esclavos de la ley (representada por Agar, la mujer esclava) y aquellos que son libres de la ley (representados por Sara, la mujer libre). Agar abusó de Sara (Génesis 16.4) actitud que se asemejó a la persecución de los cristianos judíos por los judaizantes, que insistían en el cumplimiento de la ley a fin de ser salvos. Al final Sara triunfó porque Dios cumplió su promesa de darle un hijo, así como aquellos que adoran a Cristo en fe, también triunfarán.
Pablo explicó que lo que sucedió con Sara y Agar es una alegoría o un cuadro de la relación entre Dios y la humanidad.
Cristianos son los que creen interna y externamente que la muerte de Jesús ha permitido que Dios les conceda perdón y vida eterna como un don. Han aceptado ese don por la fe como un regalo, y buscan vivir en gratitud obediente por lo que Dios ha hecho por ellos. Cristianismo es tanto privado como público, creído en el corazón y confesado con la boca. Nuestra relación con Dios y con el poder que El provee resulta en obediencia. Habiendo recibido el don del perdón y la vida eterna, somos desafiados diariamente a vivir con su ayuda.

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