LECTURA
DIARIA:
1
Corintios capítulo 7
Los
cristianos en Corinto estaban rodeados de tentaciones sexuales. La ciudad tenía
reputación, aun entre los paganos, de inmoralidad sexual y de prostituir la
religión.
Es a esta clase de sociedad que Pablo envió estas instrucciones sobre
el sexo y el matrimonio.
Las
tentaciones sexuales son difíciles de resistir porque apelan a los deseos
normales y naturales que Dios nos ha dado. El matrimonio incluye, en parte, la
satisfacción de estos deseos naturales y solidifica la relación conyugal en
contra de las tentaciones. Las parejas casadas tienen la responsabilidad de
cuidar uno del otro.
La
iglesia en Corinto estaba alborotada por la inmoralidad que la circundaba.
Algunos que estaban en contra de la inmoralidad rechazaban tanto el sexo como
el matrimonio. Los cristianos corintios se preguntaban si deberían hacer lo
mismo, de modo que le plantearon a Pablo varias preguntas. Pablo contestó
muchas de esas preguntas diciendo: "Por ahora, manténganse como están.
Reciban con agrado la situación en la que Dios los ha puesto. No busquen
casarse o quedarse solteros. Vivan la voluntad de Dios cada día y Él les mostrará
lo que deban hacer".
Espiritualmente,
cuando nos convertimos en cristianos, nuestros cuerpos pertenecen a Dios ya que
Jesucristo nos compró pagando el precio para librarnos del pecado. Físicamente,
nuestros cuerpos pertenecen a nuestros cónyuges, porque Dios diseñó nuestro
matrimonio de modo que a través de la unión del esposo y la esposa, los dos
lleguen a ser uno. Pablo establece una total igualdad en las relaciones
sexuales. Ni el hombre ni la mujer deben buscar dominación o autonomía.
Tanto
el matrimonio como el quedar solo son dones de Dios. Uno no es mejor que el
otro, ambos son valiosos para lograr los propósitos de Dios. Es importante, por
lo tanto, aceptar la situación actual de uno. Cuando Pablo dice que preferiría
que se quedaran como él (por ejemplo, solteros), estaba expresando su deseo de
que una mayor cantidad de personas pudiera dedicarse completamente al
ministerio sin tener que vivir presionadas por las preocupaciones de los
cónyuges y de la familia, como él lo hacía. No estaba criticando al matrimonio;
después de todo, es la creación de Dios, es el modo de proveer compañía y
poblar la tierra.
La
presión sexual no es el mejor motivo para casarse, pero es mejor casarse con la
persona correcta que "estarse quemando". Muchos nuevos creyentes
pensaban que todo lo relacionado con el sexo era erróneo y las parejas se
comprometían sin desear casarse. En este pasaje, Pablo les está diciendo a las
parejas que deseaban casarse que no debieran negarse a la práctica normal del
sexo evitando casarse. Esto no significa, sin embargo, que las personas que
tengan dificultad para auto controlarse, deban casarse con el primero que se
les presente. Es mejor enfrentarse a la presión del deseo que tener que
enfrentarse a un matrimonio infeliz.
Debido
al deseo de servir a Cristo, algunas personas en la iglesia de Corinto pensaban
que debían separarse de sus cónyuges paganos y casarse con cristianos. Pero
Pablo afirmó la indisolubilidad del matrimonio. Lo ideal de Dios es que las
parejas permanezcan unidas, aun cuando uno de ellos no sea creyente. El cónyuge
cristiano debiera procurar ganar al que no lo es para Cristo.
Las
bendiciones que fluyen en los creyentes no se detienen allí, se extienden a
otros. Dios considera el matrimonio como "santificado" por la
presencia del cónyuge cristiano. La otra parte no recibe salvación en forma
automática, pero es ayudada por esta relación. Los hijos de un matrimonio así
son considerados como "santos" porque las bendiciones de Dios son
para la unidad familiar hasta que ellos tengan suficiente edad como para
decidir por sí mismos.
Pablo
al escribir esta carta fue el de urgir que las parejas casadas buscaran la
unidad, no la separación.
Los
corintios estuvieron listos para hacer cualquier cambio sin pensar en las
repercusiones. Pablo manifestaba en su escrito que los cristianos debieran ser
tales en cualquier lugar.
La
ceremonia de circuncisión era parte importante de la relación judía con Dios.
Es más, antes que Cristo llegara, la circuncisión fue ordenada por Dios para
todos aquellos que declaraban seguirle (Génesis 17.9-14). Pero después de la
muerte y resurrección de Cristo, la circuncisión no fue más necesaria. Pablo
dice que es más importante agradar a Dios y obedecerle, que guardar las
ceremonias tradicionales.
La
esclavitud era común a través de todo el Imperio Romano. Algunos cristianos en
la iglesia de Corinto eran esclavos. Pablo dice que aun estando en esa condición
eran libres del poder del pecado en sus vidas.
Pablo
impulsa a todos los creyentes a sacar el mayor provecho posible de su tiempo
antes de la venida de Cristo.
Pablo
aconseja acudir al Espíritu Santo, el que nos guía y nos capacita, tanto a
solteros como a casados, en cumplir nuestras responsabilidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario