LECTURA
DIARIA:
1
Corintios capítulo 13
El
amor es más importante que todos los dones espirituales ejercitados en el
cuerpo de la iglesia.
La fe sobresaliente y el poder para lograr milagros
producen muy poco sin el amor. El amor logra que nuestras acciones y dones sean
útiles. Aunque las personas tengan dones diferentes, el amor está disponible a
todos.
Nuestra
sociedad confunde amor con sensualidad. A diferencia de la sensualidad, el tipo
de amor de Dios es canalizado hacia otros, no hacia nosotros mismos, lo que es
egoísmo. Esta clase de amor va en contra de nuestras inclinaciones naturales.
Es posible practicar este amor sólo si Dios nos ayuda a poner a un lado
nuestros deseos e instintos, al grado que podemos dar amor sin esperar nada en
cambio. Cuanto más nos parezcamos a Cristo, más amor brindaremos a los demás.
Dios
nos da dones espirituales para vivir en la tierra a fin de edificar, servir y
fortalecer a los demás cristianos. Los dones espirituales son para la Iglesia.
En la eternidad, seremos perfectos y completos y estaremos en la misma
presencia de Cristo. Ya no serán necesarios los dones, habrán llegado a su fin.
Pablo nos ofrece un vistazo de lo que es el futuro para darnos esperanza, que
en un día no muy lejano será realidad cuando veamos a Dios cara a cara. Esta
verdad debiera fortalecer nuestra fe; no tenemos todas las respuestas ahora
pero las tendremos. Un día veremos a Cristo en persona y será posible ver desde
la perspectiva de Dios.
En
la sociedad moralmente corrupta de Corinto, el amor vino a ser un término
confuso con un significado sin importancia. Hoy la gente vive confundida
todavía con lo que es el amor. El amor es la más grande de las cualidades
humanas y es un atributo de Dios (1Juan 4.8). Involucra servicio sin egoísmo,
da evidencias de que usted aprecia. La fe es el fundamento y el contenido del
mensaje de Dios, la esperanza es la actitud y el enfoque, amor es la acción.
Cuando la fe y la esperanza están en línea, se posee la libertad de amar
realmente porque llegamos a comprender cómo ama Dios.
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