LECTURA
DIARIA:
2 Corintios
capítulo 11
Pablo
usa la necedad Y la locura aparente para recalcar la necedad que otros toleran
sin medida, sin discernimiento, las cuales aguantan sin quejas, ni argumentos.
El
celo que surge de la naturaleza divina es diferente al que surge de la
naturaleza carnal, porque el primero tiene el propósito claro de cuidar y
guardar de la destrucción, el segundo conduce a la destrucción de la mente y la
manipulación de las emociones.
La
desobediencia y la rebeldía para con Dios, nacen en el pensamiento del hombre,
Eva no tuvo que pronunciar palabra alguna para caer, solo permitió que sus
pensamientos se desviaran del compromiso que tenía para con Dios primero y para
con el hombre luego, un pequeño desvió del pensamiento le costó a la humanidad
la perdida de la naturaleza divina y el adormecimiento del espíritu, solo
Cristo pudo restaurar lo que la humanidad perdió.
Para
algunos era más tolerable que les prediquen de un Jesús diferente, o un
evangelio diferente, porque su alma les domina, van detrás de sus gustos y
preferencias, no tras la verdad, prefieren a un Jesús humano porque les
evitaría buscar la santidad, prefieren un evangelio ligero porque no complica
sus vidas o prioridades, prefieren seguir sumergidos en la mentira que abrir
los ojos y encontrarse cara a cara con la mentira que han creído.
Nadie
puede comparar las habilidades, talentos, dones que se nos han entregado porque
en su diversidad son únicos, nuestro llamado es diferente al igual que
nosotros, en una mente reformada por la escritura no hay superioridad, ni ego,
ni complejos de inferioridad, pues confiamos en el propósito de nuestro
servicio y entrega a Dios, no en la opinión de los hombres.
Pablo
reconoce que ha dedicado su servicio y ayuda para con la iglesia que hoy le da
la espalda, apelando al servicio intachable que ha prestado para reconvenir a
la iglesia a la verdad.
Aunque
su servicio no represento ninguna carga para la iglesia, ni para nadie en
particular, la iglesia aquí congregada parece haber olvidado el servicio y
autoridad de Pablo.
Su
batalla solo demuestra el amor profundo que siente por la iglesia, pues con su
argumentación no intenta ponerse en primer lugar o buscar algunos privilegios,
solo los exhorta a la verdad, para que no caigan en el engaño, por eso si están
en Dios sabrán reconocer a su tiempo la verdad, aunque esta reprensión les
incomode.
El
mundo está lleno de falsas imitaciones de apóstoles que creen que por un titulo
la iglesia debe reconocerles y llenarlos de riquezas, pues solo usan un disfraz
para engañar con falsos argumentos a la iglesia, por eso debemos estar atentos
a los frutos, por los cuales podemos reconocer la falsedad que hay en sus
corazones, no son sus obras, milagros, señales las que deben reconocerlos, más
bien debe ser su carácter.
Pablo
menciona aquí, para no caer en el engaño, satanás tiene el poder para
disfrazarse como ángel de luz, toda verdad debe ser puesta prueba por la Escritura,
porque solo a través de ella la verdad permanece.
Muchos
servidores de las tinieblas se disfrazan de servidores de justicia, mas sus
obras tarde o temprano saldrán a la luz, por eso no han de ser reconocidos
aquellos que por sus acciones sirven a la justicia, sino aquellos que en todo
perseveran para ser perfeccionados por Dios en toda obra.
Pablo
tiene muchas obras, y servicio de que ufanarse, y lo hace para responder a
aquellos que se ufanan de las cosas del mundo, para permitirles entender que su
ostentación no deja de ser fantasiosa y fútil.
Pablo
aunque reconoce su insensatez al tratar de hacerles entender la verdad, pues se
había vuelto común el que los servidores se atrevieran a dárselas de algo que
no eran.
Entonces
en su insensatez les muestra sus credenciales, solo para hacerles ver la
verdad, algunos se creían superiores por su descendencia, lo cual Pablo deja
sin fundamento, pues él también lo es.
Sin
importar cuantas dificultades y sufrimientos ha padecido, Su testimonio es fiel
y verdadero, más allá de ufanarse de las cosas de este mundo se ufana de su
debilidad y de la fortaleza que Dios le ha dado para gloria Su gloria. Algunos
pueden creer que servir es sinónimo de bendición y abundancia, pero dejan de
lado estas escrituras que nos hablan de la muerte voluntaria de nosotros
mismos, y del llevar la cruz en todo momento, como símbolo del servicio que
prestamos en nombre de nuestro señor Jesucristo.
Pablo
aunque ha sufrido persecución, continúa sirviendo con valor, pues sabe que su
fortaleza está en Cristo, que su protección, vida y muerte están en las manos
de Dios.
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