LECTURA
DIARIA:
Gálatas
capítulo 1
Pablo
fue llamado a ser apóstol por Jesucristo y Dios el Padre. Presentó sus
credenciales desde el comienzo de esta carta porque algunos en Galacia
estuvieron cuestionando su autoridad.
En
el tiempo de Pablo, Galacia era la provincia romana situada en la parte central
de la actual Turquía.
El
plan completo de Dios fue salvarnos por medio de la muerte de Jesús. Hemos sido
rescatados del poder de este mundo malvado: un mundo gobernado por satanás,
lleno de crueldad, tragedia, tentación, y decepción. El haber sido rescatados
de este mundo perverso no significa que hemos sido sacados fuera, sino que ya
no estamos esclavizados a él.
Algunos
estaban predicando "un evangelio diferente". Esta gente predicaba que
para que los gentiles fueran salvos debían cumplir con las leyes y costumbres
judías, especialmente el rito de la circuncisión. La fe en Cristo no era
suficiente. Este mensaje dañó la verdad de las buenas nuevas de que la
salvación es un regalo, no una recompensa por ciertas obras. Cristo Jesús
permitió que estuviera disponible para todas las personas, no sólo para los
judíos.
Sólo
hay un camino dado por Dios para el perdón de nuestros pecados: creer en
Jesucristo como Señor y Salvador. Ninguna otra persona, método o ritual puede
dar vida eterna a una persona. Algunos piensan que todas las religiones son
igualmente válidas para ir a Dios. En una sociedad libre la gente tiene derecho
a tener sus propias opiniones religiosas, pero eso no garantiza que sus ideas
sean correctas. Dios no acepta una religión hecha por el hombre como un
sustituto de la fe en Jesucristo. Él ha provisto un solo camino: Jesucristo.
Aquellos
que confundían a los creyentes de Galacia eran cristianos judíos radicales, que
creían que las prácticas del Antiguo Testamento, tales como la circuncisión y
las restricciones en la comida, eran requeridas para todos los creyentes en
Cristo. Debido a que estos maestros querían cambiar a los cristianos gentiles
en judíos, fueron llamados judaizantes. Algún tiempo después de que la carta a
los Gálatas fue enviada, Pablo se encontró con los apóstoles en Jerusalén para
discutir este asunto (Hechos 15).
Cuando
Pablo dijo que estos maestros querían pervertir el evangelio, él no estaba
rechazando todo lo que fuera judío. El mismo era un judío que adoró en el
templo y asistió a las festividades religiosas. Pero él estaba consciente de
que nada se puede conseguir fuera de la verdad sencilla del mensaje: la
salvación, es sólo por la fe en Jesucristo. Los judaizantes estaban deformando
la verdad acerca de Cristo.
Pablo
denunció enfáticamente la perversión del evangelio de Cristo por parte de los
judaizantes. Él dijo que si aún un ángel del cielo viene y predica otro
mensaje, debe ser "anatema". El invoca una maldición sobre el que
difunda un evangelio falso y extiende esa maldición a sí mismo en caso de que
él haga lo mismo. Su mensaje no debe ser cambiado nunca, porque la verdad del
evangelio nunca cambia.
Pablo
tuvo que hablar con dureza a los cristianos en Galacia porque estaban en serio
peligro.
Pablo
muestra sus credenciales, su mensaje era directamente de Cristo, había sido un
judío ejemplar, había tenido una conversión especial, había sido confirmado en
su ministerio por los otros apóstoles.
Pablo
se refiere también a la experiencia diferente a la que tuvo en el camino a
Damasco.
Pablo
llegó a ser uno de los más grandes religiosos judíos de su tiempo, cumplidor
escrupuloso de la ley y celoso perseguidor de los cristianos. Antes de su
conversión fue aún mucho más celoso guardador de la ley que los mismos
judaizantes. Él había superado a sus contemporáneos en conocimientos y
prácticas religiosas. Había sido sincero en su celo, pero estaba equivocado.
Cuando se encontró con Jesús, su vida cambió. Ahora canaliza todas sus energías
en la edificación de las iglesias cristianas.
Dios
guiaba el ministerio de Pablo y el no hacía nada que Dios no hubiera planeado
de antemano, habiéndole dado poder para hacerlo.
Pablo
se refiere a su conversión para mostrar que su mensaje vino directamente de
Dios. Dios lo comisionó para predicar las buenas nuevas a los gentiles. Después
de su llamado, Pablo no consultó con nadie, sino que pasó tres años en Arabia.
Luego habló con Pedro y Santiago, desde entonces no tuvo contacto con cristianos
judíos por varios años. En ese lapso, predicó a los gentiles el mensaje que
Dios le había encomendado. Sus buenas nuevas no venían de un hombre, vinieron
de Dios.
Pablo
visita Jerusalén ya como cristiano. A
causa de la oposición en Jerusalén, Pablo había ido a Siria y Cilicia. En estos
lugares remotos no tuvo oportunidad de recibir instrucción de parte de los
apóstoles.
El
cambio de vida en Pablo motivó alabanzas de personas que lo vieron u oyeron. Su
nueva vida sorprendió a muchos, los que glorificaron a Dios porque sólo Él pudo
haber transformado a este celoso perseguidor de cristianos en un cristiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario