martes, 4 de junio de 2019

Leyendo... 1 de Corintios capítulo 9



LECTURA DIARIA:
1 Corintios capítulo 9

Algunos corintios cuestionaban la autoridad de Pablo como apóstol. Pablo les da sus credenciales; como tal, había visto y hablado con el Cristo resucitado, el cual lo llamó para ser apóstol.
Dichas credenciales hacían que el consejo que daba en su carta fuera más persuasivo.
La vida cambiada era la evidencia de que Dios lo estaba usando. Pablo se usa a sí mismo como ilustración para mostrar sus derechos. Tenía derecho a ser hospedado, a casarse, a traer invitados, a que le pagaran por sus servicios; pero había renunciado voluntariamente a esos derechos a fin de ganar a otros para Cristo. Cuando su preocupación es vivir para Cristo, los derechos, comparativamente hablando, no tienen mayor importancia.
Jesús dijo que el obrero es digno de su salario. Pablo enfatiza este pensamiento e impulsa a la iglesia a pagar a sus obreros cristianos sin falta. Los hermanos de Jesús alcanzaron puestos de liderazgo en la iglesia de Jerusalén. Santiago uno de ellos, por ejemplo, guió el acuerdo del concilio en Hechos 15 y escribió la epístola universal de Santiago.
En el Antiguo Testamento, como parte de su paga, los sacerdotes en el templo, recibían una porción de las ofrendas para su alimentación.
La predicación del evangelio fue el don y el llamado de Pablo y no podía dejar de predicar aunque quisiera. Estaba supeditado al deseo de hacer lo que Dios quisiera, usando sus dones para la gloria de Dios.
Pablo dice que tiene la libertad para acomodarse a cualquier situación, hace énfasis en una vida de disciplina estricta. La vida cristiana incluye libertad como también disciplina. La meta en la vida de Pablo era glorificar a Dios y traer gente a Cristo. Por esta razón se mantuvo libre de cualquier posición filosófica o atadura material que tendiera a apartarlo de su meta; se impuso una disciplina estricta para lograr su objetivo. Para Pablo, tanto la libertad como la disciplina eran herramientas importantes para usar en el servicio a Dios. 
Pablo da varios principios importantes para el ministerio, estos principios son tan valiosos para nosotros, así como lo fueron para Pablo.
Para ganar una carrera se necesita propósito y disciplina. Pablo usó esta ilustración para explicar que la vida cristiana demanda arduo trabajo, auto negación y preparación seria. Como cristianos, corremos a fin de obtener nuestra recompensa celestial. La disciplina esencial de la oración, el estudio bíblico y la adoración nos equipa para correr con vigor.
La meta individual determina la disciplina y la negación que debemos aceptar. Sin una meta, la disciplina no es nada más que un auto castigo. Con la meta de agradar a Dios, nuestra negación no es nada comparada con la recompensa eterna que será nuestra.
Cuando Pablo dice que puede ser eliminado, no quiere decir que puede perder su salvación sino que puede perder su privilegio de anunciar a otros el mensaje de Cristo. Es fácil decir a otros cómo vivir y no respaldar con nuestra vida lo que decimos. Debemos practicar lo que predicamos.

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