LECTURA
DIARIA:
1 Corintios capítulo 6
En
el capítulo 6 el apóstol Pablo se ocupa de cómo la congregación debiera actuar
cuando se presenten problemas de menor importancia entre los creyentes.
Pablo
dice que los litigios entre cristianos no debieran ser juzgados en las cortes
seculares. Como cristianos tenemos al Espíritu Santo y la mente de Cristo. Con
todo lo que se nos ha dado como creyentes, y el poder que poseeremos en el
futuro para juzgar al mundo y a los ángeles, debiéramos solucionar nuestras diferencias
entre nosotros.
Aquí
Pablo describe las características de los incrédulos. El no da a entender que
los idólatras, adúlteros, afeminados, los que se echan con varones, ladrones,
avaros, borrachos, maldicientes o estafadores estén automática e irrevocablemente
excluidos del cielo. Los cristianos vienen de toda clase de trasfondos,
incluidos algunos de los mencionados. Aún pueden estar luchando con los deseos
malignos, pero no deben continuar con estas prácticas. En el versículo 11,
Pablo establece con claridad que aun aquellos que pecan en las formas dichas
pueden lograr que sus vidas sean cambiadas por Cristo. Sin embargo, aquellos
que dicen ser cristianos y persisten en estas prácticas, sin remordimiento, no
heredarán el reino de Dios.
En
una sociedad permisiva es fácil que los cristianos pasen por alto o toleren
algunas conductas inmorales. No debemos participar en el pecado en ninguna
manera.
Pablo
enfatiza la acción de Dios en hacer de los creyentes un nuevo pueblo.
Aparentemente la iglesia citaba con frecuencia "todo me es lícito" y
lo usaba en forma errónea.
Muchas
de las religiones del mundo piensan que el alma es importante y que el cuerpo
no lo es, y el cristianismo algunas veces ha sido influenciado por ellas. Dios
que ha creado un mundo físico y manifestó que era bueno. Nos prometió una
tierra nueva en la que la gente será transformada en su vida física, no una
nube donde almas escuchan música de arpas.
Así
como nuestras vidas espirituales afectan nuestros cuerpos, de igual manera
nuestras vidas físicas afectan nuestras almas. No podemos cometer pecado con
nuestros cuerpos sin dañar nuestras almas, porque nuestros cuerpos y almas
están unidas inseparablemente. En la tierra nueva tendremos cuerpos resucitados
que no podrán ser corrompidos por el pecado. Luego podremos disfrutar totalmente
nuestra salvación.
La
inmoralidad sexual es una tentación que siempre está ante nosotros. Pero Dios
no pasa por alto o prohíbe el pecado sexual por ser difícil. Nadie debería
menospreciar el poder del pecado sexual. Ha destruido incontables vidas y
desecho familias, comunidades y aun naciones. Dios quiere protegernos del daño
que podemos causarnos a nosotros mismos y a otros.
Esta
enseñanza acerca del pecado sexual y la prostitución fue importante especialmente
para la iglesia en Corinto porque el templo de la diosa Afrodita estaba en su
ciudad. Empleaba a más de mil prostitutas como sacerdotisas y el sexo formaba
parte del ritual de adoración. Pablo es claro al decir que los cristianos deben
apartarse del pecado sexual, aunque sea aceptable y popular en nuestra cultura.
Cuando
decidimos seguir a Cristo, el Espíritu Santo viene a nuestras vidas y vive en
nosotros. Por lo tanto, dejamos de ser dueños de nuestros cuerpos.
"Comprados por precio" se refiere a un esclavo que ha sido comprado
en una subasta. Si vivimos en un edificio ajeno, procuramos no violar las
normas establecidas en dicho lugar. Nuestro cuerpo pertenece a Cristo, no debemos
violar sus normas en nuestro diario vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario