TIEMPO
DE REFLEXIÓN
¿No
saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen
engañar!
Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores,
ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya
han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor
Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. "Todo me está permitido",
“pero no todo es para mí bien”. "Todo me está permitido",
“pero no dejaré que nada me domine”.
1
Corintios 6. 9 – 12.
Nos
dejamos engañar por vanas filosofías, o por ministros que se empeñan en que
aceptemos lo que la palabra menciona que es categóricamente pecado, no podemos
permitir que tendencias reformistas o ecuménicas basadas en mentiras, nos
engañen, el pecado debe ser denunciado, predicado y echado fuera de nuestras
vidas. Sin luz en cada área de nuestras vidas, solo habrá tinieblas, que
ejercerán el dominio que nosotros mismos les damos.
El
hombre espiritual no debe tener ninguna contemplación con el pecado, ni el
pueblo de Dios debe caer en manos de hombres de perverso corazón que solo
apartaran a las ovejas. El reino de Dios es la manifestación de la unidad en
Dios, en la cual el pecado no tiene cabida, solo un limpio corazón, la fe y la
gracia, hayan cabida, en el Reino de Dios.
Debemos
compartir el evangelio con aquellos que practican estas cosas, porque así
fuimos llamados todos nosotros, traídos de las tinieblas a la luz, pero lo que
si no podemos es tolerar esto dentro de la congregación, los ministerios y en
especial sobre nuestras propias vidas y familias.
Para
aquel que ha entendido con madurez la verdad, sabrá que todo está permitido,
pero no todo redundara en bienestar para nuestra vida, el problema es que
cuando permitimos que estas cosas se tornen comunes en nuestras vidas, perdemos
la capacidad de discernir el mal que nos pueden llegar a causar.
Hay
ciertas acciones que nos parece que no le hacen mal a nadie y quizá sea cierto,
pero tenemos que pedir la dirección del Espíritu Santo y preguntarnos qué haría
Jesús en esos casos.
No
debemos actuar conforme a emociones, sino conforme a la voluntad de Dios, pero esa
conexión se manifiesta en nuestra vida de acuerdo a la comunión que tengamos
con el Padre.
Por eso quien madura en la fe, entiende que
debe evitar todo tipo de cosas que sabe podrían dejar de edificar su vida
espiritual.
Dios les bendiga abundantemente.
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