TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Todos
los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para
obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio,
por uno que dura para siempre.
Así que yo no corro como quien no tiene
meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi
cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a
otros, yo mismo quede descalificado”.
1
de Corintios 9. 25 – 27.
Todo
deportista adquiere un diseño mediante la disciplina que le permite en su vida
adquirir cualquier cosa que se disponga a alcanzar, pero ellos lo hacen por un
premio superficial que solo exalta su ego, mientras que nosotros somos
disciplinados para que Dios pueda usarnos en su propósito y alcanzar lo que Él
ha dispuesto que alcancemos.
Al
igual que Pablo debemos comprender la meta que tenemos como creyentes que
es para algunos predicar, para otros ser buenos padres, para otros ser buenos
empresarios, y para otros sea cual sea su trabajo, su meta no está en alcanzar
cosas materiales pues si lo hacen será como quien da golpes al aire y no
consigue nada, sino que sometiendo su mente y emoción a la disciplina que el
Espíritu ha dispuesto se dispone para alcanzar lo que Dios ha preparado para
él.
Pablo
no corre sin un propósito claro, no lucha en vano, más bien ha dispuesto su
mente y emoción para que fluya el dominio propio con el que Dios ha fortalecido
nuestros espíritus, para no ser descalificado en la función o llamado que ha
recibido.
Pablo
corría la carrera de tal manera que pudiera recibir una recompensa. Y ésa es la
razón por la cual él estaba predicando el evangelio. Y, siempre disfrutando de
su libertad, esa era la opción que había elegido.
Cada
cristiano debiera participar en la carrera cristiana, con la debida disciplina
y esfuerzo, sabiendo que recibirá un premio. Nosotros no nos esforzamos ni
trabajamos para obtener la salvación, porque la salvación es un don, un regalo
entregado por la gracia y misericordia de Dios. Pero, como hijos de Dios, si
esperamos ser reconocido como para recibir un premio, tendremos que trabajar y
esforzarse para merecerlo.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario