UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
TESOROS
ESCONDIDOS
La
Biblia compara el Reino de DIOS con una perla valiosa.
“También el Reino de los
Cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado
una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (Mateo 13.45,
46)
La
perla preciosa representa riquezas espirituales y vida eterna. Los seres
humanos siguen aprendiendo la dura lección de que ninguna cantidad de riqueza
material trae felicidad duradera. Lo vemos en las lecciones que aprendió el rey
Salomón. El Rey lo tenía todo, pero en el libro del Eclesiastés repite este
tema: “Vanidad de vanidades; todo es vanidad” (Eclesiastés 1.2). Salomón era el
individuo más rico de la Tierra, pero su riqueza no le trajo felicidad. ¿Cuál
fue su conclusión después de buscarla de muchas maneras? “El fin de todo el
discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es
el todo del hombre” (Eclesiastés 12.13)
Tal
como Jesucristo enseñó y como Salomón aprendió, las riquezas verdaderas están
al alcance de los que son pobres económicamente.
El
apóstol Santiago nos recuerda: “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios
a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del Reino que
ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2.5)
DIOS
ha prometido su Reino, no a quienes poseen grandes recursos financieros, sino a
los que le aman. Aunque sean pobres a los ojos del mundo, quienes tengan la
riqueza de la fe, poseen la verdadera riqueza, el verdadero tesoro. Buscan el
camino de Dios en su vida, y el camino de Dios es un tesoro, como leemos en el
libro de Proverbios. “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos
guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si
inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la
prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como
a tesoros, entonces entenderás el temor del Eterno, y hallarás el conocimiento
de Dios. Porque el Eterno da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y
la inteligencia” (Proverbios 2.1 – 6)
Quienes reciben el tesoro de la sabiduría de
DIOS están aceptando unas promesas extraordinarias que pueden cambiarles la
vida por toda la eternidad.
En
medio de una sociedad tan convulsionada por los altibajos económicos,
financieros y de todo tipo, si deseamos paz mental, encontramos una hermosa promesa:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4.6,7)
Salomón
descubrió que todas las riquezas y tesoros del mundo no pueden comprar la paz
mental.
Pero
DIOS sí puede darnos su paz, “que sobrepasa todo entendimiento”. Leyendo la
Biblia, encontraremos innumerables promesas que DIOS nos ha dado. De rodillas y
en oración, digámosle cuánto deseamos, cuánto necesitamos, lo que Él ha
prometido. Oremos sin timidez.
Recordemos
el pasaje que dice: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos
4.16)
Los
cristianos podemos orar con confianza, sabiendo que tenemos un Sumo Sacerdote que
intercede por nosotros. DIOS es amor y Él es el gran dador (Santiago 1.17). Su
deseo es darnos incluso la Tierra por herencia (Mateo 5.5). Finalmente, DIOS se
propone darnos algo aún mejor: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo
seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21.7)
Dios
les bendiga abundantemente.
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