LECTURA
DIARIA:
Ezequiel
capítulo 45
Ezequiel
nos presenta en este capítulo una distribución simétrica y sistemática ideal de
la nueva Tierra Santa.
Se trata de una idealización utópica en función de ideas
teológicas. El centro de la nueva Tierra de Promisión será el templo, morada de
Dios. Las tribus serán sistemáticamente distribuidas al norte y al sur del
recinto sagrado. La nueva vida nacional debe ser teocrática en el sentido pleno
y efectivo de la palabra; de ahí la presencia de Dios en el centro geográfico
de Tierra Santa.
Se
establecería un sistema justo de pesos y medidas para impedir se cometieran los
abusos del pasado. Una recomendación semejante a ésta había sido dada en el
pasado.
La
tierra designada para el templo estaba localizada en el centro de la
nación. Dios es el centro de la vida. Debe ser nuestra máxima prioridad.
La
ambición y la extorsión eran dos de los principales pecados sociales de la
nación durante este tiempo. En la nueva economía habría abundancia de tierra
para los «príncipes» y ya no habría bases para la codicia. Por lo tanto, se les
ordenaba a los príncipes y al pueblo ser rectos y honestos, sobre todo al hacer
negocios.
Las
condiciones y las regulaciones para estas ofrendas se describen en detalle en
Levítico 1-7.
La Pascua
era una fiesta anual de siete días que Dios instituyó para que su pueblo
recordara cuando los liberó de la esclavitud de Egipto. En esa primera noche de
Pascua, «el heridor» pasó sobre las casas marcadas con sangre de cordero y solo
hirió a las que no tenían marca
Sólo
se mencionan tres grandes festividades sagradas: El día de Año Nuevo; la
Pascua, combinada con la Fiesta de los Panes sin Levadura; y la Fiesta de los
Tabernáculos o de la Cosecha. Curiosamente, se omite la tercera fiesta ordenada
para todos los israelitas varones, la Fiesta de las Semanas o del Pentecostés y
el Día de la Expiación. La ceremonia del primer día del primer mes y el séptimo
día de cada mes, parecen reemplazar el Día de la Expiación. No hay una clara
explicación del porqué Ezequiel escogió mencionar estas fechas.
A
esta fiesta anual celebrada en octubre se le llamaba la Fiesta de los
Tabernáculos. La misma conmemoraba la protección que Dios dio a su pueblo
cuando viajó por el desierto desde Egipto hacia la tierra prometida.
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