UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL
CRISTIANO EN LA SOCIEDAD ACTUAL
En
una sociedad como la actual, de deshumanización y anarquía en todos los ámbitos
de la vida y sobre todo, de una falta de fe extrema, en un mundo, cada vez más
agnóstico y sin DIOS.
Es
cuando un cristiano que vive la doctrina de Jesús, se debe hacer más fuerte en
sus convicciones. Y es cuando debe dar con más empuje a sus semejantes,
testimonio de su fe, en cada asunto de la cotidianidad diaria, con la familia,
en el trabajo, con los vecinos, etcétera.
En
estos tiempos que corren tan difíciles, de crisis económica y desgarro moral de
la sociedad. Es cuando los creyentes tenemos la obligación de poner en práctica
nuestra fe.
Demostrando
al mundo, que somos cristianos y que nuestro fondo espiritual, proviene de lo
sobrenatural. Somos personas, cuya fe y creencias, representa un todo, en
nuestras vidas. Somos gente, que nos movemos entre todos los demás, pero
tenemos un carácter que nos hace especiales y diferentes.
Creemos
en Jesús resucitado.
Creemos
en que la vida diaria del cristiano, es pieza clave, para que esta sociedad de
corrupciones a todos los niveles, mejore con el ejemplo y las enseñanzas de
nuestro Señor.
Está
claro, que la sociedad de nuestros días se ha ido radicalizando, sobre todo, en
lo que se refiere a la postura, en cuanto a la iglesia y la fe. Posiblemente
por asuntos de todo tipo, de temas, como el aborto, la educación sexual en las
escuelas, la unidad de la familia, o la falta en muchas ocasiones de
sensibilidad y adaptación con los tiempos que corren según la creencia de
muchos.
Pero
eso no quiere decir, que los cristianos no
intentemos dar ejemplo a nuestros semejantes, con nuestras palabras y
obras, con nuestra forma peculiar de ver la vida. Intentando en el día a
día, ser verdaderos discípulos de Cristo.
Hay
muchas personas, más de las que imaginamos, cuyas creencias les están ayudando
mucho, para vivir, en estos días tan duros y penosos.
Al
leer 1 Pedro 3.15 comparado con Romanos 1.16-17 nos damos cuenta de dos
verdades. El recurso que Dios nos ha encomendado junto con la gran
responsabilidad y la exhortación profunda que Pedro nos hace a defender la fe,
lo que creemos y somos. Por un lado, Pablo dice que DIOS nos ha dado un
evangelio que es poder de DIOS y por consiguiente no debemos avergonzarnos por
nada. Luego, Pedro nos exhorta a presentar defensa ante todo aquel que nos
pregunte o pida explicación de nuestra fe.
En
fin, la Palabra de DIOS no ordena defender la fe. Por ende, cada uno necesita
estar seguro sobre qué es lo que debe defender.
La fe es el fundamento de la vida cristiana
(Hebreos 3.14) es confianza, y (Hebreos 1.3) la sustancia que fortalece la
vida.
De
manera que, la acción de defender la fe, es el desafío más grande que la
Iglesia enfrentara en las próximas décadas por la clase de sociedad que se está
formando. Es por ello que necesitamos conocer más lo que creemos, vivir más lo
que enseñamos para saber defender de buena manera lo que creemos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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