UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
NUEVA JERUSALÉN
La
ciudad de Jerusalén es el centro de tres religiones importantes: cristianismo,
judaísmo e islam.
La actual nación de Israel se estableció en 1948. Aunque
Israel controlaba solo la mitad de la ciudad, declaró en 1950 que su capital era
Jerusalén. Después de la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel unificó la
ciudad vieja con la nueva. Ahora los palestinos también reclaman a Jerusalén
como su capital. El proceso de paz entre estos pueblos se halla estancado.
Cuando
consideramos todos los conflictos en el Oriente Medio, las perspectivas de una
paz duradera se ven muy tenues. Sin embargo, la profecía bíblica revela que
Jerusalén no solamente será la futura capital de los descendientes de la
antigua Israel, sino que será la capital del mundo. Aún más asombroso es que la
profecía bíblica proclama que del Cielo bajará una nueva Jerusalén y que la habitarán,
aquí en la Tierra, DIOS el Padre y Jesucristo el Mesías.
El
Oriente Medio continúa siendo, como siempre, una región de conflictos y violencia.
Algunos observadores guardan la esperanza de que Israel y los palestinos logren
establecer una paz duradera. Un obstáculo para la paz es la cuestión de
Jerusalén. ¿Acaso puede funcionar como la capital de Israel y también de un
estado palestino?
Para
los judíos, Jerusalén fue la ciudad de los grandes profetas y la capital del
Reino de Israel bajo el rey David y su hijo Salomón. Tanto el primer templo
como el segundo fueron centros de culto hasta la destrucción de la ciudad por
los romanos en el año 70 dc. Al mismo tiempo, Jerusalén ocupa el tercer lugar
entre las ciudades santas del islam, después de la Meca y Medina. La mezquita
musulmana de Omar, llamada también el domo de la Roca, domina el monte del
Templo. El término árabe para el lugar santo es "al-Haram
as-Sharif", que significa "el noble santuario". Los
musulmanes creen que Mahoma ascendió al Cielo desde ese punto y que en ese
punto DIOS le dijo a Abraham que sacrificara a Ismael, no a Isaac. Los
cristianos guardan reverencia por la ciudad como el lugar donde fue crucificado
su Salvador y donde enseñó en el templo. La Biblia enseña que Jesús regresará a
establecer su Reino con Jerusalén como la capital del mundo.
El
Rey de reyes pondrá fin a todas las guerras entre las naciones. Enseñará el camino
de la paz a todos los pueblos. Todo esto tomará tiempo. Algunas naciones y
personas aprenderán por las malas. Jerusalén será la capital del mundo. Todas
las naciones enviarán representantes a adorar al Rey, Jesucristo, en Jerusalén.
Veamos: "Todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra
Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos
y a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Y acontecerá que los de las
familias de la Tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, el Eterno
de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia" (Zacarías 14.16, 17)
El
profeta Isaías pinta un cuadro de la felicidad futura en Jerusalén: "He
aquí que yo crearé nuevos Cielos y nueva Tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para
siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
alegría y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén y me gozaré con mi
pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor" (Isaías
65. 17 - 19)
DIOS
tiene planeado un futuro glorioso para nosotros y para Jerusalén. También
creará un Cielo nuevo y una Tierra nueva, junto con la nueva Jerusalén. Después
del milenio y del juicio delante del gran trono blanco, DIOS va a purificar la
obra creada con fuego. El lago de fuego se extenderá por toda la Tierra para
purificarla: "El día del Eterno vendrá como ladrón en la noche; en el cual
los cielos pasarán con grande estruendo y los elementos ardiendo serán
deshechos y la Tierra y las obras que en ella hay serán quemadas" (2 Pedro
3.10)
El
lago de fuego se describe en Apocalipsis 20. 14, 15. Luego, Apocalipsis
21 describe la nueva Jerusalén. "Vi un Cielo nuevo y una Tierra
nueva; porque el primer Cielo y la primera Tierra pasaron y el mar ya no
existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del
Cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido" (Apocalipsis
21. 1, 2)
Los
fieles cristianos habitarán en esa nueva Jerusalén.
¡Los
que anhelan "ir al Cielo" deben notar que la ciudad de Dios vendrá a
la Tierra!
Hoy
el mundo se encuentra sumido en conflictos, especialmente en el Oriente Medio.
Pero pronto, Jerusalén se convertirá en la capital de la Tierra.
¡Y
nosotros podemos tener parte en ese Reino glorioso!
Dios
les bendiga abundantemente.
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