lunes, 22 de octubre de 2018

Un momento... DE ABRAM A ABRAHAM



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DE ABRAM A ABRAHAM

Muchos creen que la historia se desarrolla al azar, que las cosas ocurren porque sí.
Otros sospechan que hay un propósito y una dirección, y piensan que una fuerza externa está guiando la historia. Digan lo que digan los críticos, la Biblia asevera más de una vez que DIOS determina el auge y caída de las naciones y guía el curso de la historia (Job 12.23; Daniel 2.21; 4.17).
DIOS está cumpliendo un plan sobre la Tierra y se vale de individuos y naciones para cumplir sus propósitos. Es una historia asombrosa, especialmente cuando estamos dispuestos a ver la Biblia no como un simple libro de fábulas, sino como historia.
Uno de los hombres más extraordinarios que encontramos en la Biblia es Abram, a quien DIOS luego llamó Abraham (Génesis 17.5).
Vivía en la ciudad de Ur en el sur de Mesopotamia alrededor del año 2000 AC, o sea unos 350 años después del diluvio y más de un siglo antes del famoso rey babilonio Hamurabi. La vida y la influencia de Abraham, vistas desde una perspectiva histórica, marcaron un punto decisivo en la historia de la civilización.
Abraham no "inventó" el monoteísmo. Según cuenta la Biblia, Noé, antepasado de Abraham, quien vivió siglos antes, conocía a DIOS; como lo conocían generaciones anteriores hasta Adán. Pero con el tiempo, el mundo rechazó y perdió el conocimiento del DIOS verdadero y de su camino de vida.
La Biblia cuenta que DIOS le habló a Abraham cuando tenía unos 75 años de edad y que trabajó con él durante cien años (Génesis 12.4; 25.7).
Durante ese tiempo de instrucción personal, Dios observó la fe y la obediencia de Abraham (Génesis 12. 1 – 4; 22), así como su generosidad y su amplitud de espíritu (Génesis 13.7 – 12). Le dio instrucción moral (Génesis 12.10 – 20; 20. 1 - 18), y Abraham pudo darse cuenta de las terribles consecuencias de la depravación moral cuando DIOS destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra por sus pecados. Viendo la fe de Abraham y su obediencia a los mandamientos y las instrucciones divinas (Génesis 26.5), DIOS le hizo unas promesas que se cumplirían en sus descendientes; promesas que tendrían grandes repercusiones en la historia universal hasta un futuro muy lejano.
Las Escrituras revelan que Dios se interesó especialmente por Abraham y que lo formó como el individuo que enseñaría a sus descendientes sobre su experiencia con el DIOS único y verdadero (Génesis  18.19).
Con el tiempo, Abraham llegaría a ser el "padre de todos los creyentes", es decir, de las futuras generaciones de creyentes (Romanos 4. 11 – 16).
DIOS estaba preparando a Abraham para que alterara el rumbo de la historia, para que restaurara el conocimiento del DIOS único en un mundo dominado por la idolatría y el politeísmo o culto a varios dioses.
Este DIOS personal, todopoderoso, ético y amoroso, es el que Abraham conoció por experiencia propia, y transmitió este conocimiento a sus descendientes. Se trata de un DIOS totalmente distinto de los ídolos fríos, insensibles, impersonales e impotentes de las naciones politeístas en tiempos de Abraham. El patriarca y sus descendientes rechazaron los ritos paganos de fertilidad y las perversiones sexuales que se practicaban en las naciones vecinas, resaltando en su lugar al DIOS verdadero que exigía una moral sexual en sus seguidores.
El DIOS de Abraham exigía honradez, conducta recta y respeto por la vida humana en todo el pueblo, incluidos sus dirigentes.
Aunque críticos y eruditos modernos hagan de lado la narrativa bíblica, los indicios históricos y bíblicos revelan que la vida y el legado de Abraham y el DIOS a quien conoció han tenido repercusiones enormes y duraderas en el mundo. La influencia del monoteísmo ético que DIOS reintrodujo al mundo por medio de Abraham, alteró el curso de la historia. Y esa influencia persiste en nuestro mundo, donde la mitad de los habitantes siguen una fe monoteísta con raíces que se remontan a Abraham.
La vida de Abraham y sus enseñanzas acerca del DIOS único y verdadero representan un cambio decisivo en la historia del mundo.
El DIOS de Abraham vive. Tiene un plan. Continúa trabajando en la vida de los seres humanos ¡y continúa guiando el rumbo de la historia!
Dios les bendiga abundantemente.

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