LECTURA
DIARIA:
Oseas
capítulo 7
Dios
lo ve y lo conoce todo.
Los
gobernantes malvados se regocijaban en el pecado de sus súbditos.
El
día de la coronación se celebraba con juergas y embriaguez.
Dios
les dice. así han caído todos sus reyes; no hay entre ellos quien me invoque.
Ardían
en sus pasiones, hallaban gratificación, y se encendían de nuevo en un ciclo
interminable, como el hornero y su horno.
Tres
reyes israelitas fueron asesinados durante la vida de Oseas: Zacarías, Salum y
Pekaía. Sus relaciones exteriores y domésticas se vieron arruinadas debido a
que se olvidaron de Dios y de su Palabra.
Como
Israel había concertado alianzas con potencias extranjeras y asimilado otras
culturas, había perdido la capacidad para identificar sus propios valores.
El
pueblo de Israel se había casado con paganos y había adoptado sus estilos de
vida pecaminosos.
Sus
alianzas, en lugar de incrementar sus fuerzas, las había agotado.
La
necedad de Israel se revela cuando piensa que puede encontrar ayuda en
instancias humanas, como los poderosos reinos de Egipto y Asiria.
Dios
quería redimirlos, y recuerda «Yo los redimí, » pero ellos rechazaron su
oferta.
Oran
por provisión, aunque se han rotos sus relaciones con el Proveedor.
A
pesar de toda la disciplina y bendición que Dios le había dado, el pueblo de
Israel insistió en determinar su propio curso, volviéndose a toda dirección
menos hacia la única correcta. Así Israel abandonó su pacto con Dios, y su
política externa era como un «arco engañoso». Todo parece fuerte y confiable,
pero en el momento del combate la flecha no llega al blanco. Por causa de su
política en contra de Asiria, los asirios destruirán a Israel mientras los
egipcios, los supuestos aliados, se burlarán de Israel.
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